El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, destacó que el fin de la obligación del Banco Central de acuñar monedas de $1 y $5 –como parte del conjunto de medidas para impulsar la productividad– no debería producir problemas, ya que existe una regla de redondeo que se aplicará en los pagos en efectivo.

Rodrigo Valdés explicó que, una vez que la ley se promulgue, el Banco Central contará con un plazo de un año para cesar la obligación de acuñar estas monedas. Añadió que la razón para eliminarlas es que “producirlas cuesta mucho más que su valor y por lo tanto estábamos comprando algo, produciendo algo que no tenía valor al final y es necesario dejar de hacerlo. De hecho, la moneda de $1 era una de las de menor valor en todo el mundo”.

El jefe de las finanzas públicas enfatizó que “esto no cambia la forma de contabilidad de nadie” ya que los precios podrán seguir expresándose igual que en la actualidad. Detalló que “los pagos electrónicos van a ser al peso, pero los pagos que son en efectivo van a tener que ser redondeados. Y la ley que se aprobó, además de sacarle la obligación al Banco Central, lo que hace es poner una regla: que cuando el último dígito es 1, 2, 3, 4 y 5 se redondea para abajo y por lo tanto, va a ser muy simple. Si una cuenta termina, por ejemplo, en 4, en realidad va a terminar en 10 en la décima anterior”.

Agregó que “esto no debiera cambiar en nada las prácticas” ya que en general el uso de las monedas de $1 es bajo. “Uno de los problemas que teníamos es que esas monedas desaparecían de circulación, porque básicamente la gente las dejaba en un cajón, en alguna parte y por lo tanto no debiera producir problemas, excepto de que hay que acordarse de aproximar a la decena más cercana”.

El secretario de Estado abordó el tema tras participar, junto al titular de Economía Luis Felipe Céspedes, en la firma de promulgación de la Ley que Perfecciona el Sistema de Defensa de la Libre Competencia, que encabezó la Presidenta Michelle Bachelet en La Moneda. Al respecto, subrayó que esta nueva ley apunta a que “los mercados funcionen bien”, objetivo al que se suman las recientes leyes aprobadas en el Congreso, como el conjunto de medidas para impulsar la productividad y la ley de tarjetas de prepago. “La economía es como una plantita que se requiere estar siempre cuidando y todas estas leyes son abono para que esas plantas puedan crecer y puedan a ayudar para que los mercados funcionen mejor. Y como mostró la licitación eléctrica, cuando los mercados funcionan, son muy potentes. Son potentes para los precios, para las personas, para los consumidores”, acotó.