El mes de la Minería culmina con el desarrollo de unos de los encuentros internacionales más grandes para la Industria Minera como es EXPOMIN, sumados a los desarrollados también en el mismo mes, como la semana CESCO y la Conferencia Mundial del Cobre. Participando en todos estos encuentros puedo concluir en que tenemos grandes desafíos como industria.

La Minería sin duda ha generado grandes aportes y transformaciones que el país ha necesitado para avanzar por la vía del desarrollo. Chile es reconocido mundialmente como un país minero, pero esta condición no se debe solo al hecho de ser el primer productor mundial de cobre, y poseedor de más del 30% de las reservas mundiales, sino que a la existencia en el territorio nacional, y a la consecuente producción, de numerosos otros recursos minerales metálicos y no metálicos. Chile mantiene un liderazgo indiscutible, pero tenemos desafíos por afrontar enérgicamente.

La minería debe generar liderazgo en el desarrollo industrial del país, no solo en productividad extractiva como aporte a la hacienda pública, sino además tener un liderazgo en el desarrollo de una base tecnológica para Chile, un sistema que permita el sustento financiero de la actividad, desarrollo de productos y valor agregado, fomento de bienes y servicios de origen nacional para la minería, generación de investigación e innovación destinada a resolver problemas del sector en el mundo, liderazgo en políticas sostenibles y amistad con el medio ambiente y finalmente tener el  reconocimiento social a la labor y aporte del sector al desarrollo de país.

Para alcanzar las metas antes mencionadas será imprescindible la generación de capital humano, cooperación de la sociedad civil y acuerdos públicos y privados. Este trabajo comienza con acercarla minería a las nuevas generaciones, transmisión de conocimiento respecto a sus procesos y su contribución multisectorial. Esto es de primera prioridad para la industria, mejorar la percepción ciudadana en base a la información, permitirá construir una cadena social que contribuya  la sostenibilidad de la industria, y finalmente, que Chile quiera a su Minería como parte de la  identidad nacional.

Todos estos desafíos no pueden desarrollarse olvidándonos de la ciudadanía como actores relevantes para la obtención de las licencias sociales para operar. Esta licencia va más allá de la sola obtención de permisos legales, puesto que la sociedad es la que entrega legitimidad y acompañamiento para el desarrollo sano de los proyectos. Esto se alcanza generando múltiples estrategias mancomunadas para promover y difundir el conocimiento minero en la sociedad civil. La minería tiene el desafío de generar amor de los chilenos por la industria, asimismo, Chile debe aprender a querer su industria como pilar relevante de desarrollo.

Por Francisco Javier Lecaros  Presidente Ejecutivo FUNDACION MINERA DE CHILE

Contacto: Twitter: @fundaminchile    Correo: flecaros@fundacionmineradechile.cl