El primer día de sala cuna o jardín es un momento importante, al ser la primera separación real de niños y niñas con su familia. Por lo mismo es muy esperable que genere sentimientos de ansiedad en los niños y reacciones como rechazo, llanto o la necesidad extrema de estar aferrado a su apoderada o apoderado y no querer separarse de ellos. Suelen aparecer también algunos síntomas físicos como dolores abdominales, de cabeza, náuseas y hasta algunas alteraciones en sus hábitos de alimentación  y sueño, o bien surgir un sentimiento ambivalente, es decir, ganas de estar con otros niños pero al mismo tiempo temor a separarse de los padres o adultos significativos.

La psicóloga clínica del fono infancia del Sistema Chile Crece Contigo, Cecilia Calvo, entrega los siguientes consejos a los adultos que estén a poco de vivir este proceso con algún niño o niña cercano:

  • Anticipar al niño o niña que comenzará una nueva etapa.Algunas semanas antes, contarle en qué consistirá ir al jardín (va a conocer a otros niños y que luego de un rato un adulto significativo lo irá a buscar para llevarlo a la casa).
  • Si es posible llevar al pequeño al lugar para facilitar la familiarización con él. Una vez que ya tenga claro de que se trata, contarle en conjunto a los otros familiares acerca de la nueva experiencia.
  • Una vez que el niño o niña comienza a ir al jardín infantil, lo ideal es que la asistencia sea lo más continua posible (ojalá todos los días). Muchas veces frente a la ansiedad de los niños, los padres deciden dejarlo en casa, pero eso no favorece la adaptación a la nueva rutina.
  • Permitirle llevar al jardín algún objeto o juguete que les guste durante el primer tiempo.Muchos niños se sienten más seguros con algún objeto familiar el cual les ayuda a sentirse confiados en un espacio menos conocido.
  • Mantener la calma cuando manifiesta alguna molestia física, la cual es real para el niño o niñ Es útil además relacionar y normalizar el dolor o molestia con alguna emoción esperable para la situación, como el miedo o la pena.
  • Cumplir lo que se le dice.La seguridad es fundamental para niños y niñas, especialmente en este proceso. Con frecuencia para lograr que se tranquilice en el momento, algunos adultos recurren a promesas que no pueden cumplir (por ejemplo: “voy a comprar y vuelvo”), sin embargo él o ella inevitablemente se dará cuenta que lo están engañando, lo cual le generará más inseguridad y desconfianza.

“No hay que olvidar que cada niño y niña es diferente y por lo mismo la forma de vivir este proceso no es necesariamente comparable con otros”, explicó la Encargada Regional en Valparaíso del Sistema Chile Crece Contigo, Marcela Gálvez.“Como todo proceso de adaptación, puede requerir tiempo variable caso a caso, sin que sea posible definir con anticipación su duración: para algunos es posible que lo hagan con mucha facilidad y otros se demoren incluso meses en adaptarse a la nueva rutina.

El Chile Crece Contigo, dependiente del Ministerio de Desarrollo Sociales un Sistema de Protección Integral a la Infancia “que tiene como misión acompañarproteger y apoyar integralmente, a todos los niños, niñas y sus familias, a través de acciones y servicios de carácter universal, así como focalizando apoyos especiales a aquellos que presentan alguna vulnerabilidad mayor”, recordó el Secretario Regional Ministerial de Desarrollo Social de Valparaíso, Abel Gallardo.