El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) denunció hoy ante el Ministerio del Interior el ataque que le quitó la vida el pasado miércoles al  joven Marcelo Lepe Parraguez (20), cuya familia acusa un crimen homofóbico.

Luego de que cercanos a la víctima solicitaran ayuda al Movilh, dicho organismo recopiló testimonios desde el miércoles anterior y envió hoy todos los antecedentes al Programa de Atención de Víctimas de Delitos Violentos del Ministerio del Interior, de manera que brinden asesoría legal y psicológica gratuita a los familiares del joven.

“Esperamos que la familia reciba toda la ayuda necesaria para superar este difícil  momento.  Estos niveles de violencia son intolerables y deben ser erradicados del país”, sostuvo el vocero del Movilh, Oscar Rementería,

El activista gay enfatizó “que un joven fue asesinado y frente a su madre. Es un hecho gravísimo y sobrecogedor, más aún al saber que uno de los agresores ofreció dinero a la madre para que no denunciara el ataque”, añadió Rementería, quien asistió hoy al funeral de Marcelo.

La despedida tuvo lugar en el Cementerio Metropolitano, donde familiares y amigos calificaron a Marcelo como un joven tranquilo, que amaba el transformismo y  soñaba con ser abogado.

En medio de fotografías y banderas del arcoíris, la madre, Marcela Parraguez, exigió “justicia para mi hijo  y cárcel para los responsables”, petición compartida por los testigos del crimen y por la ex pareja de la víctima, Marcelo Vega.

El asesinato tuvo lugar a eso de las 2:00 de la madrugada del 17 de febrero en la población Angelmó de San Bernardo, donde la madre de la víctima discutió con dos vecinas porque en ocasiones anteriores habían hostigado a su hijo con frases del calibre “maricón, hueco”.

Cuando Marcelo salió en defensa de su madre, otros dos hombres intervinieron en el conflicto. Los sujetos “lo golpearon, lo lanzaron al suelo, le tiraban piedras”,  tras lo cual madre e hijo se fueron caminando del lugar, mientras se escuchaban gritos de las agresoras que instaban a los hombres a matar “al fleto culiao”, según señalaron testigos.

“Segundos después una bala apenas rozó el cuello de Marcelo, pero un nuevo disparo por la espalda  y a quemarropa llegó a su tórax, provocándole un desangrado que terminó con su vida dos horas más tarde en el Hospital El Pino de San Bernardo, donde dos intentos de reanimación fueron en vano”,  precisó el Movilh.

“Lo último que me dijo fue mamita te amo”,  recordó hoy entre sollozos la madre.