El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa, de carácter epidémico, que se propaga por el contacto de gotas provenientes de la nariz, boca o garganta de la persona infectada o por secreciones. Este virus ataca fuertemente al sistema inmunológico, facilitando la aparición de convulsiones, encefalitis, otitis, neumonía e incluso la muerte. Sólo los seres humanos pueden padecer este virus.

En Chile, el sarampión estaba erradicado desde hace más de 20 años debido a una fuerte campaña de vacunación y concientización de la población. Este año y a causa de diversos brotes, se ha vuelto a poner énfasis en la importancia de que los menores se vacunen de modo que se fortalezca el sistema inmune de niños y niñas. Así, el periodo de vacunación se extiende hasta el 30 de noviembre.

El Dr. Marcel Deglin, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, explica que esta enfermedad la puede padecer cualquier individuo de la especia humana. “Todos somos susceptibles a desarrollar este virus, aunque los grupos de mayor riesgo son los niños pequeños y las embarazadas que no hayan sido inmunizados. Por ello es que es importante mantener las vacunas al día y acatar las normativas de las autoridades”, sostiene el pediatra.

Cómo detectar el virus

Los principales síntomas de este virus son, en primera instancia, de índole respiratorio, como tos seca, rinitis aguda, conjuntivitis, cefalea y fiebre alta. La conjuntivitis se desarrolla con lagrimeo ocular e intolerancia a la luz (fotofobia). Estas manifestaciones se hacen evidentes después de la exposición al virus, entre los ocho y doce días posteriores. Esto es lo que se denomina como periodo de incubación. Todo esto viene acompañado de dolor muscular y de garganta.

Además, uno de los indicios más reconocibles son las erupciones cutáneas. Estas aparecen, en general, al tercer día después de los primeros signos de la enfermedad, empiezan en la cabeza y de ahí se desplazan hacia el resto del cuerpo, produce picazón y duran entre 4 a 7 días. Asimismo, es muy característico que aparezcan pequeñas manchas blancas dentro de la boca (manchas de Koplik).

“Este virus es una de las principales causas de muerte de niños a nivel mundial, por lo que es esencial tomar conciencia sobre la importancia de la vacunación. Una vez que se evidencien los primeros síntomas, los papás deben acudir a un recinto de salud y consultar con algún especialista, de modo que se pueda enfrentar este virus de la mejor manera posible”, recalca el Dr. Marcel Deglin.

Tratamiento

Esta enfermedad, por ser viral, no tiene tratamiento específico. De modo que se recomienda seguir una medicación sintomática en base a analgésicos, antipiréticos y abundante ingesta de líquido, hasta que el sistema inmune del paciente elimine el virus.

Si no hay un tratamiento, el sarampión puede presentar complicaciones como neumonía, ya sea por el virus o por sobreinfección bacteriana, otitis media agua, laringitis y, rara vez, miocarditis o pericarditis. En estos casos, la recomendación médica son los antibióticos.

Es importante recalcar que las personas que ya tuvieron sarampión o que han sido vacunadas contra la enfermedad, se encuentran protegidos ante nuevos brotes.

La importancia de las vacunas

En nuestro país, la campaña de vacunación contra el sarampión se realiza desde el año 1992 con el objetivo de reforzar la inmunidad de los menores. La vacuna que se aplica es la Tres Vírica, que protege contra el sarampión, la rubeola y las paperas.

Este virus se previene a través de la vacunación y forma parte del “calendario de vacunación obligatorio”, normado por el decreto N°1201 del año 2013 del Ministerio de Salud. De esta manera, el plan de la autoridad de Salud se concreta a los doce meses de vida del menor, luego hay una campaña en 1° básico, donde se vacuna por virus vivo atenuado. Posteriormente, hay re vacunaciones ocasionales por medio de campañas puntuales.

Algunos papás no quieren que sus hijos reciban esta vacuna porque creen que algunos de sus componentes podrían causar autismo. Tal teoría ha sido tajantemente negada por los organismos de salud, tanto nacionales como internacionales.

“Efectivamente hay efectos secundarios de las vacunas, como el dolor de la zona, pero esta desaparecen solas con el paso de los días. En sí, las vacunas en Chile son bastante seguras, ya que cuentan con todas las normativas, tanto de la Organización Mundial de la Salud, como del mismo Ministerio de Salud”, puntualiza el pediatra de Clínica Ciudad del Mar.

Clínica Ciudad del Mar