El esfínter es un músculo situado alrededor de la uretra, que tiene como función abrir o cerrar el paso de la orina desde la vejiga hacia la uretra. Su control por parte de cada niño es un proceso que marca una etapa de cambios, pues dejan de depender de forma directa de los cuidados del adulto y comienzan a desenvolverse como personas más autónomas.

Según el urólogo de Clínica Vespucio, Dr. Walter Candia, se debe diferenciar entre el control de la expulsión de la orina (micción) diurno y nocturno, dado que el control voluntario de cada uno puede lograrse en tiempos diferentes. “Hay que entender que este es un proceso lento, con altos y bajos, que va desde los 18 meses hasta los cinco años de edad en el caso del control nocturno”, asegura el especialista.

El Dr. Candia explica que la micción nocturna involuntaria se debe a que no se ha logrado aún la maduración neurológica y psicológica necesaria para lograr el control del esfínter.  “Es habitual que esto se logre en un 80% de los casos dentro de los primeros cinco años de vida. El 20% restante, lo va controlando de a poco hasta llegar finalmente a los 18 años”.

Atención con estas recomendaciones

-Si el niño se sigue haciendo pipí después de los seis años, acudir al especialista para descartar alguna enfermedad asociada o para aclarar dudas que puedan existir.

-Tomarse el problema con naturalidad pero tomando precauciones, como colaborar con el cambio de ropa mojada del niño y ayudarlo a hacer la cama.

-Realizar un reforzamiento positivo los días en que el menor logre controlar el esfínter durante la noche. Un calendario con caritas felices puede ser una buena alternativa.