A casi diez meses desde que la Unesco declarara los Bailes Chinos como Patrimonio de la Humanidad, marcando todo un hito para el patrimonio cultural inmaterial nacional, el Consejo de la Cultura logró reunir este domingo a más de 100 cultores de esta expresión en el Primer Encuentro Nacional de Bailes Chinos, realizado en Mantagua, Región de Valparaíso.

Hasta allí llegaron representantes de agrupaciones de las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso y Metropolitana, quienes durante el día trabajaron en el Plan de Salvaguardia para estas cofradías, documento que una vez sistematizado será entregado al Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, para avanzar en su cumplimiento.

La jornada contó con la participación de la directora del Consejo Regional de Cultura, Nélida Pozo, quien expresó que con estas instancias se “da cumplimiento a los compromisos que sostenemos como Consejo de la Cultura con los bailes chinos, con los cuales hemos tenido una jornada muy interesante, y valoro, especialmente, que ellos hayan hecho el esfuerzo de viajar hasta Concón y así poder compartir con agrupaciones de diferentes regiones para que esto sea un punto de partida de un diálogo que proseguirá en cada territorio”.

Los Bailes Chinos son la primera expresión del patrimonio cultural inmaterial chileno en ser declarados Patrimonio de la Humanidad.

Junto con la elaboración de este Plan de Salvaguardia, los asistentes -muchos de los cuales por primera vez salían de su territorio de origen- tuvieron la oportunidad inédita de compartir testimonios con sus pares de otras regiones, conocer los términos de la declaratoria Unesco, sus implicancias, su rol como portadores del patrimonio cultural inmaterial del país, entre otros aspectos abordados durante las mesas de trabajo.

Tras la declaratoria Unesco, la materialización de este primer encuentro nacional es el resultado de casi un año de trabajo encabezado por el Consejo de la Cultura en seis regiones del país. Éste incluye la edición del libro “Será hasta la vuelta de año”, a cargo del Departamento de Patrimonio Cultural del CNCA. Se trata de una investigación histórica y antropológica sobre las cofradías de músicos danzantes devotos del Norte Chico y la zona central de Chile, que expresan su fe a través de la música, el baile y el canto. Casi tres mil de estos ejemplares fueron entregados a los “chinos” durante la celebración de festividades propias de cada región.