El entrenador personal de fitness, Drew Manning, subió de peso de una manera considerable con el único propósito de demostrarle a sus clientes la eficacia de las rutinas que utiliza pues con únicamente ejercicio volvió a su peso ideal.

“Mis clientes me decían que no podría entender nunca qué se siente ser gordo y no poder vivir ni un día sin dulces y harinas. Así que entendí que debía experimentarlo en mi propia carne para saber lo que ellos sienten”.

Entonces, optó por un plan de doce meses en el que los primeros seis comería todo lo que le haría aumentar de talla, y los otros seis restantes sólo se dedicaría a hacer ejercicio. ¿Los resultados? Para la semana 24 el hombre ya pesaba 120 kilogramos (32 más de lo que pesaba anteriormente).

Cuando se cumplió el segudo semestre, inició con las rutinas para perder peso y una diera estricta en su alimentación llegando incluso a verse mucho mejor que antes.