Los niños que crecen en la pobreza tienden a sufrir retrasos en su desarrollo cerebral, según confirma un nuevo estudio. Incluso si mudándose a mejores barrios, los escolares siguen presentando problemas en la escuela.

Tras examinar cientos de imágenes de resonancia magnética de un grupo de más de 400 escolares de extracción social pobre, investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madisonhan llegado a la conclusión de que el volumen de materia gris en el cerebro fue hasta un 4 por ciento inferior a la norma de desarrollo para su edad.

El estudio define como ‘pobres’ a las familias que viven en hogares cuyos recursos se sitúan 1,5 veces por debajo del nivel de pobreza federal. El análisis de la materia gris, encargada de procesar la información en el cerebro, fue confirmado con resultados de pruebas escolares a las que fueron sometidos los niños.

Según los científicos, la explicación de los resultados podría derivarse de la falta de alimentos y otros elementos necesarios para el desarrollo del cerebro.