La organización Mundial de la Salud documentó en 2005 la evidencia científica de los efectos agudos y crónicos del dióxido de azufre sobre la salud de las personas, por lo que se comenzó a legislar normativas para su regulación en diferentes naciones del mundo. El 17 de junio de este año, se aprobó un anteproyecto de revisión de la norma de Calidad Primaria para el Dióxido de Azufre en Chile, desarrollado por el Ministerio del Medio Ambiente.

            De acuerdo al ministro de la cartera Pablo Badenier, los principales desafíos del anteproyecto de revisión de la norma corresponden a: establecer un norma horaria, actualizar los niveles de emergencia y reducir los valores de las normas de dióxido de azufre de 24 horas y anual, con el objetivo primordial de proteger la salud de las personas de los efectos agudos y crónicos generados por la exposición a este contaminante, en zonas tan vulnerables ambientalmente como Ventanas.

            En Chile, en orden de importancia, las principales fuentes emisoras antropogénicas al aire de dióxido de azufre corresponden a las fundiciones de cobre, las centrales termoeléctricas que utilizan carbón, las industrias que usan petróleos pesados y el transporte que utiliza diésel.

            Para elaborar el anteproyecto se consideraron los criterios de coordinación y coherencia con otros instrumentos de gestión ambiental, principalmente con la norma de emisión para centrales termoeléctricas y la norma de emisión para fundiciones de cobre.

            El anteproyecto de emisión de dióxido de azufre, entrará en vigencia el día de publicación en el Diario Oficial del decreto respectivo. No obstante, la norma primaria de calidad de aire para dióxido de azufre, como concentración anual, de 24 horas y de 1 hora entrará en vigencia el primero de enero del año 2020.