Autoridades responsabilizaron a empresas constructoras que ordenan botar materiales en este lugar.

Christian González G.

Captura de pantalla 2015-03-11 a las 16.53.11“Le pido a las autoridades que le pongan un atajo, porque esto es una bomba de tiempo”. Con estas palabras, Andrés Sánchez, vecino del sector de Lajarilla, Reñaca Alto, dio a conocer un problema que aqueja a su comunidad y que es evidente: a escasos de metros de su hogar, un vertedero ilegal está funcionando, amenazando consigo un riesgo sanitario, un incendio, y –ante la llegada de las primeras lluvias- un eventual aluvión que arrase con todo a su paso, tal como ya ocurrió el 4 de julio de 1984 en el sector.

Desde el mismo sector perteneciente a una parcela particular, donde diariamente se depositan todo tipo de materiales, el viñamarino comentó que “toda esta basura que está arriba alrededor de la quebrada llega directamente a nuestras casas. En cualquier momento una lluvia arrasa con todo lo que está abajo, que son nuestras viviendas; entonces, el temor que tenemos como familia es tremendo. Esto ocurre a diario, todos los días vienen entre 50 a 70 camiones a botar escombros. En cualquier momento va a colapsar porque es muy peligroso”.

Según explicó Jaime Ruíz-Tagle, experto en seguridad, esta situación podría implicar graves problemas, no sólo para quienes viven cerca de Lajarillas, sino que para todo el sector Reñaca, ya que estos terrenos están aledaños a la cuenca del estero del principal balneario de nuestra región.

“En la quebrada han ido rellenando con distintos tipos de material como escombros, restos de casas en construcción, vulcanitas, cartones, maderas. Todo este sector es tierra suelta y escombro que tiene porosidades; entonces, con agua esto adquiere un gran peso, y con una lluvia de tres días con considerables milímetros de agua, tomaría un peso muy grande y se correría un riesgo muy gigante de transformarse en un alud de barro”, afirmó el profesional.

Tras confirmar la Municipalidad de Viña del Mar que efectivamente se trataba de un relleno clandestino, el director de Operaciones y Servicios del organismo, Patricio Moya, dijo que van a tomar todas las acciones pertinentes, comenzando por la presentación de una querella criminal contra quienes resulten responsables de este hecho que efectivamente podría terminar con la vida de personas en caso de producirse un alud de barro como el ocurrido durante la década de los ’80.

“Aquí hay un relleno clandestino, pero también dos responsables: primero, el dueño del terreno, que tiene que asumir todas las consecuencias de lo que va a significar. Se le va a comunicar el retiro de estos residuos a vertederos autorizados; esto, antes de que llegue la temporada invernal. Segundo, la responsabilidad de los productores porque acá hay mucho residuo de la construcción”, sostuvo Moya.

El miedo en la Ciudad Jardín está latente para algunas autoridades y ciudadanos de mayor edad, puesto que el 4 de julio de 1984, más de 20 mil toneladas de barro, piedras, desechos y escombros se precipitaron desde las quebradas de la parte alta de Reñaca hacia el sector costero, resultando incluso 10 personas fallecidas, 50 casas totalmente destruidas y un cuartel de bomberos desaparecido bajo el agua, entre otros daños que han sido difícil de olvidar por los viñamarinos.

Acerca de las acciones que tomarán las autoridades de Viña del Mar, Patricio Moya explicó que “todo esto va a tener que ser retirado. La Municipalidad va a establecer una querella criminal porque hay riesgo hacia las personas y vamos a sentar un precedente para que todos estos predios cumplan lo que dice la ordenanza de urbanismo y construcción, que estén cerrados y limpios. Si quieren hacer un relleno, deben tener los permisos de obras correspondientes con las contenciones y la topografía que está estipulado”.