145403_ad158907686fatherforcedto_principalUn padre primerizo se vio obligado a escoger entre su esposa y su hijo recién nacido cuando esta declaró estar “avergonzada” de que su bebé naciera con Síndrome de Down.

Ruzan, la esposa de Samuel Forrest, se negó a interactuar o a tocar a su bebé, llamado Leonardo, argumentando que “un bebé con necesidades especiales es visto como algo vergonzoso” en su natal Armenia.

Los doctores del hospital armenio en donde nació el bebé le señalaron que “no tenía que quedarse con el recién nacido” y que podía darlo a un hogar en donde lo cuidaran.

Sin embargo, el padre, originario de Nueva Zelanda, se negó a abandonar a su hijo. Apenas una semana después de haber dado a luz a Leo, la mujer presentó una demanda de divorcio.

El padre no se dio por vencido y abrió una página para “Llevar a Leo a casa”. Al momento, se han recaudado más de 300 mil dólares, más de 5 millones de pesos, con el propósito de sufragar los gastos de traslado del bebé a la ciudad de Auckland, Nueva Zelanda, junto con su padre.

Con el dinero, Samuel espera encontrar un lugar en donde puedan vivir su hijo y él, además de costear a los especialistas en educación especial que su hijo necesitará especialmente. El resto, planea donarlo a un orfanato en Armenia especializado en cuidar a bebés con este síndrome.