dcTras sostener una reunión en la Cámara de Diputados, los parlamentarios DC acordaron manifestar públicamente su apoyo a los tres sacerdotes cuyas declaraciones, sobre temas de relevancia para nuestro país y para la búsqueda de mayor equidad, han sido cuestionadas y enviadas al Vaticano.

Tras el masivo respaldo del pueblo chileno a estos tres sacerdotes que se han caracterizado por su valentía, vocación de servicio y defensa de los más necesitados, el Arzobispado de Santiago debió aclarar algunos hechos, señalando que sólo se habría respondido a  una solicitud de la Nunciatura Apostólica en Chile.

Lo cierto es que , ya sea desde la Nunciatura, o del propio Arzobispado, no nos parece adecuado ni coherente con un real espíritu cristiano, perseguir las ideas de los miembros de la Iglesia de esta forma, ni mucho menos pretender silenciarlos o acallar su s testimonios .

Muy por el contrario, apoyamos a la Iglesia que ellos representan, abierta al diálogo, sintonizada con la vida real de las personas, una iglesia compasiva, empática, a la altura de los tiempos y que levante su voz frente a los hechos que de verdad atentan contra la dignidad de las personas.

Fue el papa Juan XXIII quien, al impulsar el Concilio Vaticano segundo, acogió el llamado “Signo de los tiempos”, concepto que nos lleva a mirar con más detención y  profundidad la realidad, reconociendo los aspectos esenciales de la vida de las personas, donde la dignidad y el respeto a sus derechos son el pilar clave para avanzar hacia un estado de mayor bienestar y paz social.

Interpretar la realidad que vivimos, con altos niveles de desigualdad, con discriminación e individualismo ha sido el común denominador de los sacerdotes Berrios, Aldunate y Puga.

El Padre José Aldunate ha luchado  por la defensa de la vida, por el respeto a los derechos humanos y por la dignidad de todas las personas; manifestándose a favor del amor entre dos personas del mismo sexo, valorando los sentimientos y el derecho de todos a expresarlos y vivirlos sin ser juzgados.

El sacerdote  Mariano Puga se ha atrevido a denunciar las injusticias, en reiteradas ocasiones, las inequidades y la hipocresía de muchos frente a los más desposeídos.

El padre Felipe Berríos ha manifestado su opinión, sin miedos, pese a todas las críticas y presiones que él mismo ha reconocido; se ha puesto del lado de quienes sufren, de quienes se han sentido marginados de la Iglesia por razones a estas alturas incomprensibles.

Han sido, definitivamente, un gran testimonio de fraternidad y reflejo valioso de la doctrina social de la Iglesia.