483206_10150621823698822_1724299606_n copyDesde este lunes 25 de agosto y durante todos los lunes hasta el mes de noviembre más un domingo al mes, el instructor de perros, Jorge Benavides,  comenzará a realizar sesiones de Agility en el Parque Cultural destinado a todos aquellos perros que cuenten con las herramientas básicas de convivencia social.

Aprovechando la amable explanada de pasto del Parque Cultural de Valparaíso que, por lo general se utiliza para la recreación, pero que también comparten muchos perros y sus amos en el cuidado y ejercicio de sus mascotas, Benavides propuso al Parque realizar su taller de Agility, entendiendo que la idea es promover sistemas de tenencia responsable en una ciudad saturada de perros sin amo.  Este tipo de iniciativas además pone de manifiesto un gesto de trabajo educativo que es necesario reforzar.

Agility es una modalidad competitiva donde un guía dirige a un perro sobre una serie de obstáculos, los cuales tiene que librar de manera limpia y lo más exacta posible, compitiendo contra reloj. Los perros generalmente participan sin correa, sin juguetes y sin incentivos. El guía no debe tocar al perro ni a los obstáculos, excepto de manera accidental. Consecuentemente, el control del guía radica en la voz, señales manuales, lenguaje corporal. Lo que requiere que el animal esté entrenado.

En su forma más sencilla, el circuito de agility consiste en un determinado número de obstáculos, en donde un juez diseñará el orden que el perro deberá seguir para así completar la prueba conforme al reglamento.1917241_178120195348_7813272_n

Los circuitos son lo suficientemente complicados para que el perro no pueda terminarlos correctamente sin dirección humana. Durante la competencia, el guía decidirá las estrategias a seguir para dirigir al perro a través del recorrido, combinando velocidad y precisión ya que ambas son igualmente importantes. Existen varias técnicas que ayudan a compensar la posible diferencia de velocidad humana y canina, fuerza o debilidad entre los perros y sus guías. Pero lo que más ha impulsado la popularidad de esta actividad deportiva es que el guía, ojalá su propio amo,  y el perro, se divierten.