IMG_3010Cumpliendo con el ciclo de disposición final para aquellas mercancías incautadas por el Servicio Nacional de Aduanas que no pueden ser rematadas ni donadas, se realizó una destrucción masiva de millones de cajetillas de cigarros decomisadas en el Puerto de San Antonio durante los últimos meses.

Para llevar a cabo este trabajo, que debe cumplir con altos estándares de seguridad medioambiental y los permisos de las autoridades de salud, la Aduana de San Antonio contrató a una empresa especializada en la disposición final de este tipo de productos.

En total se destruyeron masivamente 6.296 pacas de cigarrillos, equivalentes a 3 millones 148 mil cajetillas. Esta cantidad corresponde a 6 causas judiciales por contrabando que está encabezando la Aduana de San Antonio.

El procedimiento ejecutado por la empresa Logística Ambiental Sano tomó varios días y contempló la quema controlada de 104.500 kilos de cigarros, destruyendo totalmente las mercancías decomisadas correspondientes a diferentes marcas, como Marlboro, Derby, Gold City, Seneca, Jaisalmer, Fox y Miami, entre otras.

Muchos de estos cigarrillos, además de corresponder a contrabandos provenientes principalmente de India y Panamá, son productos que no se comercializan legalmente en Chile, por lo que no cuentan con las autorizaciones sanitarias necesarias. De esta forma, además de evitar evasiones de impuestos que afectan a las arcas fiscales, Aduanas también cumple con su rol de impedir el ingreso al país de mercancías que pueden dañar la salud de las personas.

Este mismo procedimiento de destrucción masiva ejecutó a fines de abril la Aduana Regional Metropolitana. Hasta el vertedero que tiene la empresa Gea en la ciudad de San Felipe se transportaron 1.711 bultos, la mayoría de los cuales correspondían a 1.630 pacas de cigarros (815 mil cajetillas), relojes falsos y mercancías de diverso tipo.

Los 23.865 kilos de mercancías fueron depositados en el vertedero tomando todas las medidas de seguridad y medioambientales que corresponden, siendo posteriormente triturados e incinerados. En ambos casos, el traslado de las mercancías y su posterior destrucción fueron supervisadas en todo momento por funcionarios de Aduanas.