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En la ciudad de Kutna Hora, República Checa, se realizó la primera reunión del 2014 del Consejo de Administración de la Organización de las Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM). Al encuentro asistió la Directora de la Oficina de Gestión Patrimonial del Municipio Porteño, Paulina Kaplán, en representación del alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, quien se encuentra coordinando la ayuda y reconstrucción del mega incendio que afectó a Valparaíso el pasado 12 de abril.

En la ocasión, el alcalde Jorge Castro fue reelegido, por segunda vez, en forma unánime para el periodo 2013-2015, como Primer Vicepresidente y Tesorero de la OCPM, lo que implica un reconocimiento a su labor  y mayores responsabilidades dentro de esta organización; entre ellas subrogar al presidente de OCPM, Basilio Horta (alcalde de Sintra, Portugal), representarlo ante las ciudades miembros y llevar el control en las finanzas de esta Organización.

Al respecto, el edil porteño se mostró muy agradecido por la confianza que esta organización mundial le entrega. “Ha recaído sobre mí el tener la primera vicepresidencia de tesorería, eso hace que deba estar íntimamente ligado con la Secretaria General y con la Universidad del Laval, que son las que auditan todo el sistema contable de las ciudades Patrimonio del Mundo. Por lo tanto, es una responsabilidad más, pero estoy muy satisfecho por la confianza que me entregaron los alcaldes que están en el ejecutivo”.

Según lo informado por la arquitecta Paulina Kaplán, “durante la reunión se refirieron al trágico incendio sufrido en Valparaíso el 12 de abril, donde el presidente Horta, brindó todo el apoyo a la Ciudad Puerto, comprometiéndose a venir a Valparaíso, en apoyo a la comuna y especialmente al alcalde Castro.

Cabe recordar, que el Consejo de Administración de la OCPM, está integrado por ocho alcaldes que fueron elegidos por las 200 ciudades Patrimonio de la Humanidad, en el Congreso realizado en Oaxaca, México el año recién pasado. Dicha organización se dedica a ayudar a las ciudades miembros a adaptar y perfeccionar su modo de gestión con arreglo a las exigencias particulares atribuibles a la presencia de sitios inscritos por la Unesco en la Lista del Patrimonio Mundial.