Carlos «Superocho» Alarcón era de esas personas en extremo carismáticas, con amigos en diversas partes de la zona y del país. Su simpatía y cordialidad le permitieron ganarse la fidelidad de miles de auditores, que le reconocían y valoraban su permanente entusiasmo y optimismo.

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Carlos Alarcón deja una huella difícil de olvidar y de superar en el mundo de las comunicaciones.

Durante la misa fúnebre del martes pasado, una de las entrevistadas por Radio Valparaíso FM, sintetizó lo que por él sentían sus seguridores. «Yo soy costurera, y para mi siempre Carlitos fue una compañía a través de la radio. Me subía el ánimo con sus tallas, sus bromas, y cuando estaba bajoneada, era él quién me sacaba adelante. Lo voy a echar mucho de menos».

Se fue uno de los hombres clave e histórico de Radio Festival. Carlos «Superocho» Alarcón falleció en forma sorpresiva el pasado fin de semana, luego de una repentina dolencia cardíaca.
La misa y el funeral contaron con una participación multitudinaria de miles y miles que le expresaron todo su cariño en el último adiós. La ciudad despidió a uno de sus personajes más queridos y emblemáticos de la radiotelefonía de la región.
Tuvimos la suerte de conocerlo, de compartir en varias ocasiones con él. Su sonrisa, simpatía, la talla a flor de labios, su facilidad para interpretar el sentimiento de la gente común y corriente, afloraban siempre como sus principales características. Enorme comunicador, se decidió a dar el paso para ser elegido democráticamente como consejero regional en las elecciones de noviembre del año pasado. Obtuvo una alta votación. Estaba convencido de que iba a ser un aporte para tratar de cambiar la mala imagen general que la gente tiene de los políticos. Duró un poco más de un mes en el ejercicio de su cargo.
Se le echará muchísimo de menos. A sus condiciones innatas de comunicador se le sumaban su caballerosidad, sus valores, su intenso amor por su familia y por la vida. Cuesta encontrar gente así hoy en día.