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Un silicio usado por Sor Teresa de Los Andes y un calzado perteneciente al Cardenal Caro, junto a casullas de sacerdotes y dalmáticas de diáconos anteriores a 1965, forman parte de la exposición “Ornamentos para el ceremonial, tiempo de Cuaresma”, que se exhibe en el Castillo Wulff de Viña del Mar, organizada por Ángela Herrera, académica de la Escuela de Diseño UV y directora del Centro de Conservación de Textiles.

Las piezas, que fueron entregadas en comodato por las parroquias La Matriz y Los Doce Apóstoles, desde el año 1997 y 1998, respectivamente, recibieron un tratamiento preventivo y son  almacenadas en el Centro de Conservación Textil de la Universidad de Valparaíso, de forma horizontal, en un depósito con materiales libres de ácido, con limpieza, inventariado y etiquetado.

Ángela Herrera explica que “a partir del Concilio Vaticano II de 1965 cambian las tipologías del vestuario, porque se invita a cultivar una mayor sencillez. Antes el vestuario era muy fastuoso en cuanto a materiales, ornamentos y decoraciones. A partir de esta fecha se invita a hacer la misa de frente a los feligreses, y ya no se hace en latín, sino que en español. Por eso las piezas que integran esta muestra tienen tanta profusión de ornamentación en la espalda”.