“Quedamos muy conformes por lo conversado con el señor intendente y procuraremos que se cumplan todas las exigencias hechas por la autoridad. Esperamos un lindo espectáculo y por supuesto, que el clásico sea nuestro”, dijo Juan Pablo Salgado, presidente de Everton, tras la reunión sostenida con Juan Antonio Peribonio, intendente metropolitano, para zanjar la autorización definitiva de la autoridad, respecto de la realización de una nueva edición del clásico porteño entre los oro y cielo y Wanderers, en el estadio Santa Laura, este domingo a las 17 horas.

Si bien a muchos puede sonar como inadecuado o un capricho el jugar por primera vez fuera de la región de Valparaíso, el clásico más antiguo del fútbol chileno, fue el propio técnico de Everton, Nelson Acosta, quien insistió en la necesidad, primero, de no jugar este tradicional pleito en pasto sintético; y luego, tener a Santa Laura como el escenario más propicio para enfrentar a Wanderers, considerando las últimas actuaciones de los viñamarinos en el recinto que es propiedad de la Unión Española: Derrota muy estrecha –e inmerecida- ante Universidad de Chile, y victoria contundente sobre los dueños del mencionado recinto, en la última fecha del campeonato.

No obstante lo anterior, antes de la concreción de Santa Laura como recinto que albergará este fin de semana a Everton como local, surgió la crítica del director de Plan Estadio Seguro, Cristián Barra, quien –tras más de un mes de vacaciones justo en el periodo de mayores índices de violencia en los estadios- fustigó tanto el accionar de Everton como de la ANFP, por programar el clásico porteño en un escenario santiaguino. “Hace un mes que nos reunimos con la ANFP para revisar la programación de este fin de semana, considerando que miles de veraneantes regresarán a Santiago por el término de sus vacaciones, a través de las distintas vías de acceso a la capital, está el cierre del Festival de Viña y en definitiva, se le carga la mano a Carabineros respecto de los servicios que debe cumplir este fin de semana. Se programa un partido en Santiago de dos equipos de la 5ª región, por el capricho del equipo local de no querer jugar en pasto sintético. Si hay estadios en construcción, lo mínimo es que todos hagamos un sacrificio”, se explayó Barra.

Sin embargo, sus reclamos no fueron del todo acogidos, pese a que en algo influyeron sus dichos: De los 12 mil espectadores que –según trascendió-pretendía la dirigencia de Everton para el clásico, sólo se autorizó un aforo de 6 mil personas, con 4 mil entradas a la venta para los hinchas y socios viñamarinos, y las dos mil restantes para los forofos caturros, quienes sólo accederán a la compra de tickets vía internet.

LO DEPORTIVO

“Está más que claro que se privilegió lo deportivo por sobre lo económico. Nuestro cuerpo técnico y el plantel nos pidieron jugar en pasto natural y Santa Laura siempre fue nuestra prioridad. ¿Jugar en Valparaíso? Surgió como alternativa, pero ahí estábamos sacrificando la localía. Afortunadamente, se pudo concretar la posibilidad de poder contar con Santa Laura”, agrega Salgado para refrendar la opción de jugar en el recinto de Plaza Chacabuco en la comuna de Independencia.

El timonel evertoniano reconoció igualmente que jugar en Santa Laura no representa precisamente una oportunidad económica de alta recaudación, considerando que se permitió la venta de sólo 6 mil boletos, y el arriendo del estadio demandará un gasto de $ 15 millones. Lo anterior debe sumarse a otros costos adicionales, como doblar la cantidad de guardias de seguridad y las rejas papales que se instalan como estructuras de segmentación, para el cuidado de los espectadores.

UN DUELO ESPECIAL

Al interior del plantel evertoniano, también hubo satisfacción por jugar en un escenario con pasto natural. “El pasto sintético no nos acomoda para nada, nos ha provocado muchas lesiones y se hace más complejo el dominar la pelota. El rendimiento del equipo ha subido mucho jugando en pasto natural y me parece acertado el poder jugar nuevamente en una buena cancha como Santa Laura”, indica el delantero de Everton, Maximiliano Ceratto. “Además, llegamos bien, nuestro rendimiento va en alza y estamos luchando con todo por zafar del descenso”, añadió el atacante ruletero.

En la vereda caturra, de igual manera se instala la sorpresa por el traslado de este partido a la capital. “Será algo especial, pues serla la primera vez que se juegue un clásico en Santiago. Donde se juegue, tenemos que salir a ganar este partido. Desde que estamos en cadetes que este partido adquiere un carácter especial y por supuesto, nadie quiere perdérselo”, señala el volante de Wanderers, Sebastián Méndez, quien repara en las mejorías de cuadro evertoniano de la mano de Nelson Acosta. “Se nota un Everton virado, hay mucha más entrega y convencimiento de sus jugadores. El clásico no va a ser fácil, pero si hay certeza que como wanderinos, no podemos perder este partido”, agregó.

La principal preocupación en Wanderers pasa por la recuperación de su golero titular, Mauricio Viana, afectado de una rotura del menisco de su rodilla izquierda. El jugador sufrió dicha lesión en medio del partido con Unión La Calera y pese a que ya le fue “destrabada” una parte de su lesión meniscal, deberá ser operado en el mediano plazo. Sin embargo, mediante un tratamiento y cuidados especiales, Viana podría jugar el clásico, para luego evaluar la opción de operarse. “Todos queremos que Mauricio se recupere. Conociéndole y sabiendo lo que él y nosotros sentimos por jugar este partido,  él hará todos los esfuerzos del caso por estar. Y si no alcanza a recuperarse, tengo fe en mis capacidades. Por de pronto, cuento con toda la confianza de mi entrenador y de mis compañeros”, declaró el joven golero José Lafrentz, eventual sustituto del lesionado Viana para el clásico.

EPA