arbol-navidadCon el propósito de conocer el grado de identificación de los habitantes de la zona con la Navidad y su preferencia respecto de las actividades consideradas “típicas” de las Fiestas de Fin de Año, la Unidad de Investigación y Estudios Contemporáneos de la Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás Viña del Mar realizó a principios de diciembre de 2013 un estudio de percepción en la zona del Gran Valparaíso.

Entre las principales conclusiones del estudio destaca que al ser consultados respecto de su preferencia por distintas celebraciones anuales, la festividad preferida fue la “Navidad” (60,2%), seguida del “18 de septiembre” (23,7%), por el “Año Nuevo” (14%) y, finalmente, por “Halloween” (2,2%).

Respecto de las actividades navideñas específicas, aquellas valoradas de modo más positivo fueron: “compartir en familia”, “realizar actividades solidarias” y “armar el árbol de Pascua”. En tanto que las valoradas de manera menos positiva fueron: “ir a misa” y “cantar/escuchar villancicos”.

Dentro de las actividades típicas de Navidad se aprecian diferencias entre hombres y mujeres, donde estas últimas declararon una mayor preferencia por “comprar regalos”, “recibir regalos”, “comer pan de Pascua”, “armar el árbol de Pascua”, “armar el pesebre” y “cantar/escuchar villancicos” que los hombres.

En términos de percepciones y sensaciones asociadas con la Navidad, el estudio de la Escuela de Psicología de la UST señala que las mujeres manifestaron tener un mayor nivel de “Espíritu Navideño”, un mayor acuerdo en que “la gente entiende el verdadero sentido de la Navidad” y que “el Viejito Pascuero es una tradición que debe mantenerse”, mientras que los hombres opinaron en mayor medida que “la Navidad es una fiesta consumista”.

En relación a la edad, actividades como “comer pan de Pascua”, “ir a misa”, “cantar/escuchar villancicos”, así como la creencia que “la Navidad es sólo para los niños”, se encuentran asociadas a la edad, es decir, a mayor edad mayor identificación con dichas actividades, y a menor edad, menor identificación.

Casados v/s Solteros

En lo que dice relación con el estado civil, la investigación de la Unidad de Investigación y Estudios Contemporáneos de la Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás Viña del Mar da cuenta que el “comer pan de Pascua”, “armar el árbol de Pascua”, “armar el pesebre” y “cantar/escuchar villancicos” eran actividades que reportaron realizar más las personas “casadas” que las “separadas” y, estas últimas más que las “solteras”; en tanto que “ir a misa” es principalmente realizada por las personas “viudas”.

Estas últimas, respecto de percepciones y sensaciones, son las que se sienten “menos felices” y “más solitarias” en esta época, mientras que las “casadas” y “separadas” refirieron en mayor proporción que “la Navidad es sólo para los niños”, y las personas “solteras” son las que menos creen que “el Viejito Pascuero es una tradición que debe mantenerse”.

Se encontraron diferencias entre las personas religiosas de las que no lo son, respecto de manifestar un mayor interés por: “compartir en familia”, “ir a misa”, “cantar/escuchar villancicos”, “realizar actos solidarios” y “creer que la gente entiende el verdadero sentido de la Navidad”.

También hay diferencias entre los “católicos” respecto de los “cristianos no católicos” y los “no creyentes” acerca de un mayor interés por “armar el árbol de Pascua”, “armar el pesebre” y “creer que el Viejito Pascuero es una tradición que debe mantenerse”. Los “cristianos no católicos” refirieron “comprar menos regalos”, preferir menos el “recibir regalos” y sentirse más identificado con las frases “me dan lo mismo estas fechas” y “creo que la Navidad es una fiesta consumista” que los “católicos” y los “no creyentes”.

Respecto del grado de religiosidad, a mayor grado de religiosidad existe un mayor agrado con “compartir esta celebración con la familia”, “ir a misa”, “armar el pesebre”, “cantar/escuchar villancicos”, “realizar actos solidarios” y “mayor Espíritu Navideño”. Por el contrario, a menor grado de religiosidad, mayor gusto por “beber cola de mono”.

En promedio los hombres gastan más dinero en regalos que las mujeres, los solteros son el grupo que menos gasta y los casados los que más lo hacen. Estos últimos también gastan más dinero en comidas y celebraciones que el resto.

Año Nuevo

En lo que dice relación con la celebración de Año Nuevo, las actividades preferidas fueron “cenar en familia”, “ver los fuegos artificiales” e “ir a una fiesta después de los fuegos”. En tanto que las menos preferidas tienen que ver en general con las tradiciones (como “entrar maleta”, “comer uvas”, etc.).

Respecto de las diferencias entre hombres y mujeres, estas últimas refirieron una mayor inclinación por tradiciones de tipo supersticiosas como; “poner dinero bajo la ropa” y “usar ropa interior amarillo” más que los hombres.

Al analizar un cruce entre las costumbres de Año Nuevo y el grado de religiosidad, se encontró que a mayor nivel de religiosidad menor interés en “ir a una fiesta después de los fuegos” y menor interés por “beber champaña”.

Respecto de la edad, a mayor edad menor interés en “ir a una fiesta después de los fuegos”, en tanto que los más jóvenes manifestaron un interés significativamente mayor por tradiciones como “sacar maletas”, lo que puede relacionarse con mayores motivaciones por viajar, vivir nuevas experiencias o mayor credulidad.

En lo referente al estado civil, los solteros manifestaron mayor interés en “ir a una fiesta después de los fuegos” y un menor gasto de dinero en las fiestas de fin de año.

Metodología

Esta investigación a cargo de la Unidad de Investigación y Estudios Contemporáneos de la Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás Viña del Mar se realizó considerando un muestreo probabilístico por cuotas donde participaron un total de 279 personas, de ambos sexos (46,2% hombres y 53,8 mujeres), donde un 36,9% tenía entre 18 y 29 años, un 32,6% entre 30 y 50 y, finalmente, un 30,5% era mayor de 50 años.

Respecto del estado civil, el 45,9% se declaró soltero, el 39,8% casado, el 6,8% viudo y un 7,5% separado. El 59,9% tenía una actividad remunerada y un 40,1% no la tenía.

En lo referente al credo religioso un 62% se definía como “católico”, un 20,4% como “cristiano no católico” y un 17,6% como “no creyente”. Respecto de quienes manifestaron su adscripción a una religión, en términos de su grado de religiosidad un 45,6% manifestó poseer un “bajo compromiso religioso”, un 40,6% un “compromiso religioso moderado” y un 13,8% un “alto compromiso religioso”.