El profesional a cargo del polémico proyecto dijo respetar a quienes se oponen a su construcción, atribuyendo su férrea postura netamente a desinformación.

Christian González G.

mallRadicado desde 2007 en Valparaíso, Juan Pablo Almazora, de 34 años, se encuentra actualmente a la cabeza de uno de los proyectos más significativos de la Ciudad Puerto, y a su vez, uno de los más controvertidos también. El nuevo director del proyecto Puerto Barón ha tenido vasta experiencia, pese a su corta edad, en la comuna, destacando proyectos como la recuperación del Museo Baburizza; de los ascensores Barón, Reina Victoria, Polanco, San Agustín; de espacios públicos en distintos cerros; y del plan de esterilización canina a más de 20 mil perros porteños, hecho que lo llena de orgullo.

Con su visión de cooperar hacia el desarrollo urbano de Valparaíso, Almazora considera que Puerto Barón es un proyecto muy atractivo, que ofrecerá a los porteños una serie de posiblidades que hoy en día no pueden aprovechar, como poder disfrutar de su borde costero en un espacio recuperado, con la posibilidad de tener un centro comercial y todos los servicios que éste ofrecería a la comunidad; sin embargo, también expresó su sentimiento de respeto hacia los opositores, a quienes atribuye su rechazo a la desinformación que tienen respecto de la obra.

Primero que todo, ¿en qué etapa se encuentra hoy en día el proyecto Puerto Barón?

«Nosotros iniciamos las obras el 1 de octubre, que son las etapas iniciales, dada la sugerencia que nos hizo la Unesco, a través del Consejo de Monumentos Nacionales, de no generar obras irreversibles, por tanto sólo estamos preparando el terreno, removiendo la carpeta de pavimentos, que son el área que se ocupaba como estacionamiento y almacenamiento de contenedores en torno a la bodega Simón Bolívar. Eso se está removiendo para la construcción de los estacionamientos subterráneos, tanto para los espacios públicos como para el centro comercial. Importante es decir que sólo habrá estacionamientos subterráneos, no en superficie».

Considerando tu experiencia en proyectos de recuperación urbana en la comuna de Valparaíso, ¿cuál o cuáles vendrían siendo los principales desafíos de ahora en adelante con este proyecto?

«El principal desafío es informar  las características reales del proyecto porque me he dado cuenta que hay mucha desinformación que se transmite entre las personas contrarias al proyecto, la cual es una información errada, no fidedigna, respecto a las características. Por ejemplo, se dice que se tapará la vista o que los espacios públicos no van a estar abiertos a la comunidad, y eso quiero desmentirlo categóricamente porque no es así. El proyecto es un centro comercial más espacios públicos. El centro comercial será de dos pisos, no hay torres en altura, no será como el mall de Castro o el de San Antonio».

¿Qué pasa con la bodega Simón Bolívar?

«Justamente un piso ya está determinado por la bodega Simón Bolívar, por tanto, subir poco más de un metro no tiene un impacto mayor. Los desafíos principales son involucrar el proyecto con el desarrollo de Valparaíso, ya que ni la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), ni el Grupo Plaza están contra del desarrollo de Valparaíso como ciudad puerto, como ciudad universitaria, cultural ni patrimonial. Queremos involucrarlos en ese desarrollo y compatibilizar la condición de ciudad puerto con todos estos aspectos».

 Detractores

¿Cuál es tu opinión respecto a la postura de las personas que están en contra al proyecto?

«Hay mucha gente que le gusta el proyecto, pero también hay otros que están en contra. En mi opinión, no hay ningún pecado en estar legítimamente en contra, pero he observado que muchos están en contra porque dicen que tapará la vista, pero eso no es cierto. A otros les molesta tener ahí un centro comercial tipo mall, y efectivamente el proyecto cuenta con un centro comercial, pero soy muy respetuoso, no hay ningún problema de conversar y mostrar el proyecto. Siempre he sido una persona que ve la parte media llena del vaso y en ese sentido mostraré el proyecto y mostraré las oportunidades que traerá a Valparaíso, ya que nadie está de acuerdo en destruir el patrimonio, esto no se trata de convertir a todo Valparaíso en un mall».

Usted atribuye el rechazo al proyecto a desinformación por parte de la ciudadanía, pero también hay autoridades contrarias a él, ¿ellos también están desinformados?

«No soy quién para calificar la opinión de las autoridades, soy muy respetuoso de ellas, pero creo que a muchos también les falta información. No sé cómo se oponen a un proyecto que no amenaza el patrimonio, que está contemplado desde el 2003 como posibilidad conceptual, pero de todas maneras acepto que hay gente que no le gustó el resultado del proceso. Creo que hay que valorar el aporte que hace el proyecto a la ciudad, que es de 156 millones de dólares».

Pasando ahora netamente al proyecto, ¿cuáles serán sus principales características y beneficios para los porteños y quienes decidan visitarlo?

«El proyecto contempla dos plazas conectadas, una es plaza Barón y otra estará a la altura de la calle Francia, con dimensiones equivalentes a la plaza Victoria y Simón Bolívar, las que estarán conectadas por un paseo en el borde costero que tiene las dimensiones de 840 metros, es decir, algo así como caminar del Palacio Cousiño hasta la plaza Wheelright pero por el borde costero. El proyecto recupera también el muelle Barón, construye un nuevo puerto deportivo no pensado para yates pero sí para embarcaciones menores».

Puestos de trabajo

En cuanto a los puestos de trabajo, el alcalde Jorge Castro ha manifestado que luchará para que estos sean ocupados por porteños, ¿esto será así y cuántos cupos laborales se esperan?

«Se estima que más de 2.000 mil puestos de trabajo habrán durante la construcción; sí, entre 2.000 y 2.500 en dos años, ya que se inaugura a finales de 2015. Durante la etapa de operación habrán 2.000 puestos permanentes también. Estamos dispuestos a privilegiar que esos puestos sean para porteños y es una de las metas por las que me intereso en este proyecto».

¿Cuáles son los principales atractivos del proyecto?

«La dotación del borde costero que hoy no tenemos en la magnitud que el proyecto ofrecerá. Tenemos acceso al muelle Barón, que es lindo y que conecta con el paseo Wheelright, pero con este proyecto recuperaremos el muelle, ampliamos el borde costero desde Barón hasta Edwards en una extensión equivalente a casi toda la avenida Argentina y de ese ancho también. Igualmente, hay dos plazas conectadas con las estaciones de metro Barón y Francia. Se genera un espacio con incidencia a nivel regional por el metro que se conecta con el interior de Valparaíso. Creo que será un polo, un sector urbano con centro comercial, que dará empleo y que permitirá que privados que invierten puedan recuperar su inversión».

¿Qué otras novedades se pueden esperar cuando las obras sean entregadas?

«Desde la bodega Simón Bolívar hacia el mar no crecerá en altura, se generarán también espacios destinados al centro comercial, cines, museo, sala de música de calidad SCD, una biblioteca viva, y cosas típicas de un centro comercial como patios de comidas y heladerías. También hay un segundo nivel que queda mirando al mar, este proyecto no tiene murallas ciegas hacia el espacio público. Los restaurantes estarán en un segundo nivel mirando al mar. Habrá un espacio de borde costero del ancho de la avenida Argentina completa, ahí habrán espacios públicos para pasear, áreas de miradores, de caminata, zonas de juegos, de ejercicios, una ciclovía, entre otras. Será un edificio transparente, se genera proyección hacia el mar, para que no se vea un murallón, sino un elemento transparente».