Un gato logró sobrevivir en Nueva Zelanda, gracias a que recibió la sangre de un perro, un caso muy extraño de transfusión entre especies, informó el diario local ‘The New Zelanda Helard’.

PRE-insolito.jpg_2033098437Tras ingerir veneno para ratas, el gato, llamado Rory, tuvo que ser trasladado de urgencias a una clínica veterinaria de la ciudad.

De acuerdo con Kate Heller, la veterinaria que lo atendió, el animal empeoraba por momentos y necesitaba una transfusión de sangre urgente, por lo que no había ni siquiera tiempo para analizar el grupo sanguíneo al que pertenecía el felino.

En una decisión desesperada, Kim Edwards, la dueña de Rory, accedió a que se utilizara sangre del perro de su vecina, un labrador llamado Masi, al que se le extrajeron 120 mililitros de fluido.

«No teníamos tiempo para determinar el grupo sanguíneo de Rory y sin esta transfusión podría haber muerto», explicó Edwards.

Según Heller, «las transfusiones entre especies no suelen dar buenos resultados; bien al contrario, a menudo entraña un serio riesgo para la vida de la especie transfundida».