Fiestas electrónicas con temática religiosa que se realizan en iglesias de barrios humildes en San Pablo y Río de Janeiro.

50515_102756_650x420 (1)Tendencia ha marcado esta curiosa mezcla de religión y diversión que busca  consolidar esta moda de las denominadas “cristotecas”.

Se trata de fiestas de música electrónica celebradas en iglesias o salones donde el «electro house» se mezcla con la catequesis. El fenómeno se está prfundizando sobre una tendencia que ha proliferado en barrios pobres de la periferia de grandes ciudades como Río de Janeiro y San Pablo. Y apuntando a captar a los jóvenes con sus gustos musicales encorsetados en la palabra de dios.

«Sabemos que la música tiene un poder muy grande de penetrar el corazón y cuando esa música tiene como objetivo anunciar una buena noticia, que es la palabra de Dios, no tenemos duda de que será eficaz en la vida del joven», dijo a Efe el DJ Vítor Sales antes de participar en una «cristoteca» itinerante el fin de semana.

El DJ no es sólo el maestro de ceremonias sino que es también un exponente en primera persona de la tendencia. Con una Biblia en mano, hace una breve oración, se santigua y comienza la fiesta.

«A partir de ahora el cielo se va a abrir y el infierno va a temblar», brama una voz distorsionada como preludio del ritmo sincopado y envolvente del «electro house», salpicado con alabanzas al espíritu santo, que irrumpió con un volumen atronador en la sala y que también se oía en la iglesia vecina, donde unas mujeres rezaban.

En el repertorio de canciones de la «cristoteca» figuraban temas con nombres como «Bailando en Cristo», «Adoremos a María» o «Invade mi Alma».

El público es muy joven y se diferencia de cualquier otra fiesta electrónica -además de la temática de las canciones- porque no se permite el consumo de alcohol, la presencia de drogas y ni siquiera se pueden ver escenas de amoríos. Incluso, tienen un control sobre la conducta de los chicos. «Algunas chicas se dejan llevar por la música y son demasiado sensuales», comentó a la agencia una voluntaria de la iglesia empleada en esta tarea policial.

Sales recordó que el origen de estas fiestas electrónicas se remonta a 2003, por iniciativa del sacerdote conocido como Padre DJ Zeton, entonces considerado como «osado».

«Yo conocí la ‘cristoteca’ en un retiro espiritual en Sao Paulo. Me quedé encantado porque oí a un DJ tocar música católica y me dije: ¡caramba, esto es en mi Iglesia, entonces es posible!», relató Sales.

La expansión del movimiento llevó a los DJ a unirse en noviembre de 2011 en la Pastoral de Evangelización Nocturna, un grupo creado bajo el paraguas del episcopado brasileño y que cuenta con 78 DJs inscritos, casi la mitad de ellos en Río de Janeiro.

Los DJs católicos también cuentan con un programa semanal en la Radio Catedral, medio oficial de la Archidiócesis de Río, que es conducido por Sales.

Muchos de los temas han salido de la cabeza del productor y DJ André Jordão, que explicó que a veces adapta canciones de iglesia, a las que aplica un «ropaje electrónico» del agrado de los jóvenes, pero la mayoría de las veces acude a la inspiración divina.

«Lo primero que hago es ponerme en oración delante del Señor y le pido que me dé una orientación de lo que quiere hablar, de qué mensaje quiere traer. En ese momento siento la propuesta de Dios de qué debo hacer», afirmó Jordão.

El plan más inmediato de los responsables de la «cristoteca» es usar el altavoz de la Jornada Mundial de la Juventud, que presidirá el papa Francisco entre los próximos días 23 y 28 en Río de Janeiro, para que la «misión de la evangelización nocturna llegue a las cuatro esquinas del mundo», en palabras de Sales.