Wanderers en tanto, cerró su campaña con una nueva derrota, reiterando de manera lacerante su incapacidad ofensiva.

El Sub-20 Franco Ragusa aportó fortaleza y amor a la camiseta en el cierre de campaña de Everton. El canterano se jugó su chance en el primer equipo oro y cielo, a la espera de ser convocado a la selección juvenil que competirá en el Mundial de Turquía.

El Sub-20 Franco Ragusa aportó fortaleza y amor a la camiseta en el cierre de campaña de Everton. El canterano se jugó su chance en el primer equipo oro y cielo, a la espera de ser convocado a la selección juvenil que competirá en el Mundial de Turquía.

Si hay un balance claramente definido, es el que tienen que hacer adeptos de Everton y Wanderers en estos momentos de receso del fútbol profesional de la 1ª división: Uno cumplió más allá de las expectativas y el otro, decepcionó una vez más a su sufrida feligresía, cayendo sin pena ni gloria en la bajada de telón del Campeonato de Transición.

Los evertonianos tienen razones de sobra para sacar cuentas alegres y mirar con optimismo el segundo semestre futbolístico: Tenían que sumar 21 puntos para salvarse de todo peligro de descenso y lo cumplieron con creces, pues sumaron 27 puntos y un 6º lugar en la clasificación general. Meritorio por donde se le mire, considerando que varios de los actuales componentes de plantel, hacían su debut en la 1ª división.

“Nuestra plantilla en cuanto a costos, está mucho más baja que la del año pasado en la 1ª B. Y eso hay que destacarlo, pues la base del equipo la constituyeron jugadores que actuaron en el ascenso. Tuvimos un muy buen arranque, nos dormimos (…) una siesta larga cuando alcanzamos los 13 puntos, pero afortunadamente, logramos no sólo los puntos requeridos para liberarnos del descenso, sino que sumamos 27 unidades que si antes del torneo me hubiesen dicho que esa iba a ser la cosecha de Everton, lo firmábamos todos”, expresó el técnico evertoniano Víctor Hugo Castañeda.

PARTIDAS Y LLEGADAS

Si bien Castañeda amplió su crédito ante los más exigentes forofos auriazules –subió al equipo a 1ª división, ganó un clásico porteño, lo salvó anticipadamente del descenso y lo ubicó 6º en la tabla final del torneo de Transición-, ahora sus preocupaciones pasan no sólo por refrendar este buen reestreno en el fútbol de honor, sino también en la elección adecuada de las nuevas piezas que tendrán que reforzar la plantilla evertoniana para el próximo torneo.

Para el segundo semestre, Everton requerirá de a lo menos cuatro refuerzos de categoría para sustituir las partidas de Luciano Goux, Mario Cáceres, Sebastián Miranda y José Luis Muñoz, este último un referente del cuadro viñamarino que adujo razones personales para cambiar de tienda. “Me voy con todo el cariño de los hinchas y creo que desde que volví al equipo en el 2011, cumplí con lo que se me encomendaba, siendo el goleador del equipo tanto en el ascenso como en 1ª división”, señaló “Ribery” Muñoz, sin ahondar demasiado en las razones de su partida ni tampoco ratificar que Cobreloa sería su nueva tienda para el próximo torneo.

Más allá de estos movimientos de entrada y salida de la plantilla evertoniana, el buen primer semestre dejó la vara alta para los jugadores y el propio Víctor Hugo Castañeda de cara al siguiente campeonato. “Nosotros mismos debemos exigirnos llegar lo más alto. Si hay una posibilidad de ubicarse entre los 5 primeros y competir en una liguilla para ir a una copa internacional, pues vamos a enfocarnos en ese objetivo”, afirmó el adiestrador de los oro y cielo, confiado en cumplir con esta meta.

VERDE DESTEÑIDO

Una de las grandes falencias de Wanderers estuvo en los costados de su defensa. En la imagen, Boris Sandoval intenta cerrarle el paso al loíno Francisco Pizarro. El zurdo caturro cumple bien en ofensiva, pero su déficit está en la marca.

Una de las grandes falencias de Wanderers estuvo en los costados de su defensa. En la imagen, Boris Sandoval intenta cerrarle el paso al loíno Francisco Pizarro. El zurdo caturro cumple bien en ofensiva, pero su déficit está en la marca.

Wanderers por su parte, tendrá dos tareas inmediatas en los próximos días: Generar un presupuesto que le permita incorporar a lo menos cuatro o cinco refuerzos de real jerarquía, y mejorar una campaña que escapa apenas del calificativo de mediocre.

A lo menos cuatro ocasiones de gol claras desperdiciadas y dos goles en contra –incluyendo un penal- absolutamente evitables, marcaron la despedida del Decano ante un deslavado elenco de Cobreloa, dejando entre sus hinchas un sabor amargo por la irregularidad y falta de consistencia en ofensiva.

“Nunca será bueno perder en la despedida. Lo que más molesta es la reiteración de los errores en defensa y la falta de capacidad para anotar las ocasiones de gol que nos creamos partido a partido”, reflexionó el ergentino Ariel Cólzera, quien no jugará en el Decano para el segundo semestre. “Si, fue mi último partido con esta camiseta. Espero que al club le vaya bien en el siguiente torneo, pues su gente merece estar bien arriba”, dijo el argentino, quien recalaría en Palestino.

“Lamentablemente, siento un sabor amargo en lo personal y colectivo. Fue una lástima perder en el último partido y el que no pudiese haber convertido las ocasiones de gol que dispuse. Parece que estoy mufado (…)”, dijo Luis Ángel Salmerón, uno al que el técnico Ivo Basay le bajó el pulgar en cuanto a su continuidad en la plantilla caturra.

El Decano perdería a sus dos zagueros centrales titulares, pues tanto Ezequiel Luna como Mauricio Prieto, habrían sido contactados por Universidad Católica y Universidad de Chie, respectivamente. También ve peligrar la permanencia del portero Mauricio Viana, otro que recibió un “llamado-consulta” desde la tienda universitaria azul.

¿Nombres nuevos? Hasta ahora surgen los de Luciano Palos e Ignacio González, porteros con los cuales se habría hecho un sondeo económico, y Leandro Benegas, el artillero de Unión La Calera.