1789595Un juez del condado de Ionia, en el estado de Michigan, es quizá el funcionario con más principios de todos los servidores de la justicia estadounidense. Se impuso a sí mismo una multa de 25 dólares por cometer una falta.

En una de las recientes audiencias que presidía el magistrado Raymond Vought ocurrió algo que no esperaba: le sonó el teléfono móvil. Las leyes  estadounidenses dictan que antes de entrar a una sala de justicia hay que dejar todos los dispositivos móviles en la consigna.

«Raymond Vought siempre ha sido un firme defensor del cumplimiento de este artículo de la ley, y antes de que empiece una audiencia comprueba personalmente que todos los abogados, fiscales y agentes de Policía hayan dejado los teléfonos en consigna. Es sorprendente que le ocurriera precisamente a él», dijo a la prensa local uno de los colegas de Vought.

«Sentí una vergüenza increíble cuando me di cuenta de que tenía el teléfono en el bolsillo y me estaba sonando. Nunca imaginé que esto me pasaría a mí», confesó el funcionario, que lo primero que hizo tras la audiencia fue imponerse una multa por delito menor y pagarla personalmente.

«Un juez es un ciudadano como cualquier otro. No está por encima de la ley», subrayó Vought.