Máquinas de azar, casinos ilegales y juegos de barrio son los principales lugares donde se desencadena la enfermedad. Tanto la municipalidad como la Superintendencia de Juegos y Casinos advierten sobre el carácter ilícito de las máquinas tragamonedas.

Por Marysol Bustamante.

Casinos ilegales

La AJUCHER, Asociación  de jugadores Chilenos en Rehabilitación, reunía cada jueves a doce asumidos adictos al juego, donde se juntaban para hablar sobre la enfermedad que los reprime en la Gruta de Lourdes, de Viña del Mar. Ahí contaban sus progresos y recaídas en la ludopatía, una patología psiquiátrica cuya cantidad de afectados no está cuantificada.

Ana María Aguilar es la presidenta y fundadora de la  Asociación de Jugadores Chilenos en Rehabilitación, lleva dos años de existencia. Pero, por la falta de apoyo y financiamiento, hoy Ajucher sólo funciona en Santiago.

Aguilar cuenta que la ludopatía es una patología psiquiátrica que, generalmente, deriva de una carencia afectiva. “Es una patología psiquiátrica, hay enfermos que requieren medicamentos y que no tienen los medios. Es una patología del alma, porque hay sentimientos, todas las personas que caen en la adicción del juego es porque tienen carencia, me atrevería a decir que el 90% es porque han tenido carencias y han vivido cosas fuertes, te puedo hablar de violaciones de padres a hijas, abandonos, a ese nivel”.

Sin embargo, y pese a que la ciudad Jardín tiene su propio casino, además de muchos casinos informales y miles de máquinas tragamonedas ubicadas en los cerros y el centro  de Viña del Mar, comenta que el municipio no se preocupó de darles apoyo: “Por lo que se ve, el municipio no está haciendo nada. En Santiago clausuraron varios de estos locales, pero matan tres y nacen cinco, ahí hay algo extraño, la gente que legisla en este país no está ni ahí con eso, si esto sigue floreciendo es porque hay algo, es como una mafia esto, muchos intereses creados y no están ni ahí con parar esta cosa y la cantidad de gente que se suicida por el juego es tremenda”.

Aguilar comenta que la ludopatía, a diferencia de otras adicciones, no es fácil de detectar por el entorno, ya que “la vive solo el jugador, y hasta que la familia ve que algo pasa, las condiciones paupérrimas en que vive un jugador y ahí la gente se da cuenta”.

Es más, Aguilar relata los casos extremos que tuvo que tratar mientras la asociación estaba en la Gruta de Lourdes, en Agua Santa. “Teníamos un miembro de la agrupación que se gastaba su sueldo de $300.000 en una tarde, otros que habían perdido todo, su casa, su familia y bienes”.

Aunque contaban con un buen número de pacientes que acudían a las terapias, cuenta que los complejos superaron las ganas de rehabilitarse, debido a que “la gente aún es muy vergonzosa, Santiago es un poco más anónimo. Además tuvimos problemas para seguir en la iglesia y nunca pudimos conseguir financiamiento”.

Preocupación de vecinos

Vecinos y locatarios de la calle Ecuador han denunciado en reiteradas ocasiones el preocupante aumento de locales con este tipo de juegos. Argumentan que lo que más les preocupa es que el sector tenga otro factor peligroso, además de la cercanía con la problemática “manzana 666”.

Lo mismo ocurre con vecinos de las comunas de Valparaíso, Quilpué y Villa Alemana, los que narran con preocupación y asombro como crecen este tipo de locales, verdaderos casinos.

Uno de los propietarios, que prefiere mantener su nombre bajo reserva para evitar represalias contra su negocio, comentó que han sido varios los intentos de estos negocios por instalarse, y que incluso “un local intentó instalarse en un edificio, pero los vecinos se negaron, enviaron cartas de reclamos y lograron que no se instalara. El rechazo era unánime” aseguró.

Entre los locales denunciados por los vecinos está un local que se ubica al lado del Hostal  Luxor en Viña, el cual según las características que explica Aguilar, son juegos de azar, que según la normativa de la Superintendencia de Juegos y Casinos, son ilegales: “Los tienen tipificados como juego de destreza, pero no, cuando son de destreza no hay dinero de por medio, entonces es una clasificación falsa, eso podría ser ajedrez, donde haces trabajar tu mente”.

Aguilar es dura en sus dichos y asegura que la  “ludopatía viene de juego, en todo eso están involucrados muchos juegos, todo es lúdico pero  en cuanto a los casinos, está tipificado como destreza,  pero ahí solo aprietas botones, no tienes que pensar, metes la plata, apresta teclas, aquí nadie le ha puesto el cascabel al gato, el azar es distinto a la destreza”.

Otro local denunciado se encuentra también en Av. Valparaíso 233, que es uno nuevo que se está instalando a un costado de Casa & Ideas, el cual posee los íconos de los naipes ingleses, y hasta el momento aún no está en funcionamiento.

El otro que denuncian estos vecinos está a varias cuadras de distancia. Es el popular “Samoa”, en calle Quinta, el cual hace unos años atrás era un lugar con mesas de pin pong, destinado para niños. Hoy, solamente posee un par de máquinas de destreza a la entrada, y luego se despliega un largo pasillo con tragamonedas, con gente apostando grandes cantidades de dinero.

Máquinas en Viña del Mar

Lo que sí está cuantificado son el número aproximado de máquinas de azar. Según un estudio sobre la materia, hecho por el concejal de Viña del Mar, Andrés Celis,  hay cerca de treinta mil máquinas tragamonedas, las cuales según la ley de casinos, es ilegal su uso y significa una multa tanto para quien lucra con ellas y quien juega.

Celis comentó a El Epicentro que ha propuesto un marco legal para que la Policía de Investigaciones realice peritajes a los locales que tienen este tipo de juegos, para que verifique si son de azar o destreza. “Propuse generar un cuerpo normativo donde se colocara como requisito el peritaje antes de pedir una patente, que son de destreza y no de azar. Creo que por ahí va la solución”.

La Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ), define en su normativa los juegos que están fuera de la ley como “son juegos ilícitos los de azar, que son nulos absolutamente  por objeto ilícito (sic). Las apuestas que dependen del mero azar deben encontrarse ante la ley civil en iguales condiciones que los juegos de suerte y no pueden contar con su amparo”.

Es decir, son juegos de azar aquellos que no dependen del intelecto o estrategia del jugador, sino que de la suerte, y por lo tanto este no puede intervenir para poder ganar el premio. Por lo tanto, aquellos juegos donde se busca coincidir una seria de imágenes, son ilegales y la multa corre tanto para quien la instala como para quien juega.

Otra arista del problema son las patentes que otorga el municipio para autorizar el funcionamiento. Según la SCJ, las municipalidades pueden oponerse a que se instalen, siempre y cuando, según dicta la normativa, “los municipios sólo pueden otorgar patentes para el funcionamiento de máquinas de juegos que no sean juegos de azar, puesto que su explotación constituye una actividad ilícita, salvo expresa autorización legal”.

Sin embargo, Celis plantea un obstáculo, “el municipio no puede negar una patente si el giro que ellos solicitan es un giro de entretención o no vaya asociado a máquinas de azar. Insisto, la única forma de negar el permiso es exigir mediante una ordenanza es el peritaje y que lo haga la PDI, y si  este arroja son de destreza la autoriza, pero estoy convencido y la inmensa cantidad deberían estar todos prohibidos”.