Hinchada wanderina y amigos lo apoyan con la campaña “Awante Noubu”. Hasta el día en que sufrió el baleo en julio pasado, Jonathan, como fiel hincha de Santiago Wanderers, saltaba en el tablón, hasta que esa noche su vida cambió radicalmente.

por Chantal Garay.

 

Poca movilidad en su brazo derecho, problemas para hablar, pérdida de la memoria y de conciencia de sus actos, son algunas de las secuelas con las que quedó Jonathan Araya Bascur, joven de 27 años de edad que fue baleado en su cabeza y necesita con urgencia  una operación que le proteja la mitad de su cráneo que ahora no tiene una barrera entre el cerebro y el cuero cabelludo.

Durante 55 días sus amigos se agrupaban mañana y tarde en las afueras del Hospital Carlos Van Buren, mientras Jonathan se debatía entre la vida y la muerte en la UCI del centro hospitalario, lugar donde no había mucha esperanza por parte de los médicos tratantes que le daban sólo 48 horas de vida.

El disparo

Jonathan llegó hasta el hospital porteño luego que la madrugada del 28 de julio del 2012 viniera del cumpleaños de un amigo junto a su polola Macarena Cerda, quien conversó con El Epicentro y recordó lo que sucedió esa noche en la calle Castro con Julio Verne de cerro Barón.

Nos sentamos a conversar cuando un muchacho caminaba hacia su casa y nos comenzó a molestar palabreando cosas y gritándonos ofensas, a mi pololo y a mí también. Mi pololo y él estaban discutiendo y yo le decía a Jonathan que nos fuéramos para evitar conflictos, cuando el sujeto entró en su casa y comenzó nuevamente a molestar”, recordó la actual ex polola de la Jonathan.

Luego de unos momentos de silencio esa noche, los insultos comenzaron otra vez, pero en esta ocasión uno de los involucrados gritaba desde el interior de su casa, por lo que Jonathan Araya decidió retirarse del lugar junto a su pareja.Luego, un hombre de 72 años identificado como Oscar F.R.J, desde el segundo piso se asomó y disparó, impactando la bala en la cabeza de Jonathan que lo tiró inmediatamente al suelo, con pérdida de conciencia, sangre y masa encefálica.

De acuerdo a declaraciones del agresor, él disparó desde el segundo piso de su vivienda, al aire, enfatizando que nunca antes había percutido un arma, por lo que puntería no debería tener, sin embargo desde el segundo piso, la bala ingresó por la frente de Jonathan Araya, provocándole graves consecuencias.

Según lo que recuerda Macarena, dentro del estado de shock que tenía en ese momento y aún después de 7 meses del suceso, pidió ayuda por teléfono y se contacto con la madre de su pareja para autorizar la operación del muchacho una vez llegados al hospital.

La madre

Yo me enteré por teléfono, como a las 3 y algo de la mañana, la Maca me llama llorando que al Jonathan le habían disparado, me fui a la posta y lo tenían en urgencia esperando que llegara para dar la autorización para operarlo y extraerle la bala y ver en qué estado iba a quedar, porque no le daban posibilidades de vida, por lo complicado del lugar donde está la bala, ya que retiraron restos pero no por completo (…) Estuvo más de un mes en la UCI, otro mes en la UCIM y otros días en sala para luego darlo de alta”, señaló Verónica Bascur, madre del joven baleado.

Con un lienzo que decía “Awante Noubu” las esperanzas no disminuían en la “Bandita del Hospital”. Amigos de Jonathan y barristas de “Los Panzers” pertenecientes a los piños futbolísticos “Puertóxikos” entre otros, todos hinchas de Santiago Wanderers, lo acompañaron en todo momento.

Pasaban los días y tenía complicaciones, luego avanzaba pero volvía a caer, fue tensa la espera, pero salió adelante el amigo Noubu, como buen choro del puerto que es. Ahora esperamos que le pongan el casco en la cabeza para que quede bien y se pueda portar bien también”, señaló ‘El Piter’, amigo de infancia de Araya y compañero de hinchada.

Según reconoce su familia, los amigos fueron una pieza fundamental en toda esta historia junto a Macarena, quien explicó que “Jonathan no es una persona que tenga buena situación económica, ya que en este caso tuvimos que hacer eventos a beneficio para comprar útiles de aseo, alimentos (postres, jaleas), costear gastos del hospital, entre otros gastos y para eso hicimos rifas , vendimos choripanes , empanadas , en gestión no nos quedamos”.

Todos se esforzaron para juntar dineros para los gastos de Araya. El accidente lo dejó sin trabajo y sin ingresos, por lo que debió irse a vivir con la mamá luego de salir de alta del hospital.

Acciones legales

El vocero de la familia en primera instancia y abogado de AGH Asesoría Jurídica, Washington González, conversó con El Epicentro y nos detalló el procedimiento que se ha realizado en este caso.

De acuerdo a los hechos, que están incluso relatados de esa forma por el ministerio público en su acusación, esto ocurrió en cerro Barón, afuera de la vivienda del imputado y acusado Oscar F.R.J., quien disparó contra Jonathan Araya por una supuesta agresión que habría contra el hijo de esta persona. El imputado realizó un disparo desde el interior de su casa hacia el exterior de la calle, sin ningún tipo de agresión por parte de Jonathan que pueda configurarse, a nuestro entender, de legítima defensa”, sentenció el abogado.

González mencionó que ellos presentaron una querella contra el imputado ya que “es lo que se presenta cuando hay una acción penal de por medio; el ministerio público tiene un carácter de imparcialidad y objetividad, ellos investigan y determinan la calificación jurídica del hecho; que delito se configura, las penas asociadas al delito, las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal como agravantes, atenuantes y eximentes, y nosotros como representantes en este sentido de Jonathan presentamos la querella y nos adherimos a la acusación en los mismos términos del ministerio”.

De acuerdo a las declaraciones del autor de los disparos realizadas a Carabineros, el joven se encontraba amenazando a su hijo con el gollete de una botella.

El abogado González señaló en su momento a los medios que «se está investigando si fue legítima defensa o no, lo cual para nosotros no califica, debido a que no existió una proporcionalidad en las fuerzas», enfatizando en que el joven se encontraba en la calle al momento del disparo y no tenía ningún arma de fuego.

La querella contra el imputado Oscar F.R.J., corresponde a homicidio frustrado y porte ilegal de armas, por lo que la fiscalía pide 3 años y 1 día por el primer delito y 541 por el segundo. Sin embargo la familia no descarta tomar acciones civiles para pedir indemnización económica.

Audiencias

Antes de la primera audiencia, el imputado pasó del control de detención a arresto domiciliario, lo que se modificó en la primera audiencia, luego de la petición del defensor del acusado.

El fiscal lo que solicitó en su momento como medida cautelar contra el imputado fue el arresto domiciliario, la cual es difícil de fiscalizar por que las autoridades policiales no siempre van a estar al lado de una casa por las muchas funciones que tienen que cumplir, por lo que luego de la audiencia el defensor del imputado solicitó una modificación de la medida cautelar, por lo cual le dieron lugar a la firma semanal y a la prohibición de acercarse a la víctima mientras dure el proceso”, señaló Washington González, uno de los asesores jurídicos de Jonathan Araya.

Según lo que nos contó el abogado querellante, tienen una segunda audiencia el próximo 27 de febrero, en el Juzgado de Garantía de Valparaíso.

Las secuelas

Jonathan tiene repercusiones importantes, en su memoria, se le olvidan las cosas básicas y no puede trabajar. Si recibe un solo golpe, se muere. Su cerebro está en contacto directo con el cuero cabelludo y la operación a la que debe someterse involucra riesgos. “Tiene riesgos, ya que hay que abrir la misma herida, por lo que se debía esperar un año, pero tiene que ponerse la placa para volver a trabajar, y así hacer sólo trabajos livianos, porque ya no puede hacer trabajos de fuerza”, señaló la madre de la víctima.

Debemos esperar un año para poder abrir de nuevo, ya estamos acercándonos al año y en mayo el doctor pedirá neurocirujano para operarlo, para lo que debemos tener un millón y medio de pesos. Ya no es una placa de titanio, como era en primera instancia, ahora es una masa que se amolda para reemplazar el hueso que al solidificarse queda como hueso y arma la forma del cráneo, el pedazo que falta”, nos contó Veronica.

Sin embargo no sólo repercusiones médicas para Jonathan ha traído su accidente, los costos familiares que su recuperación ha tenido son cuantiosos. Su madre, Verónica, conversó con El Epicentro y contó que si él se cae, se pega, o incluso se hace una resonancia magnética, se muere.

Tengo problemas con mi pareja por el comportamiento de Jonathan, hasta el momento los hemos solucionado, pero todo depende de él, algunos amigos lo llevan por el mal camino, él no puede tomar porque se desestabiliza, y lo invitan a tomar igual y él toma igual… La única que lo controlaba y a la que le hacía caso era a la polola, la Maca, pero ya no están juntos”.

Yo le digo Jonathan no tomes, te hace mal, él sabe pero toma igual, él no tiene conciencia de lo que le pasó y no siempre va a depender de mí, me hizo sufrir mucho lo que le pasó, más aún que en ese mismo tiempo, se murió el hermano, lo que fue un golpe muy fuerte para mí”, enfatizó una angustiada madre.

El hermano de Jonathan sufrió una descompensación general, ya que sufría de un extraño síndrome que le afectaba la fuerza muscular de su cuerpo, por lo que se le envenenó la sangre y falleció en el mismo tiempo en que Jonathan luchaba entre la vida y la muerte.

Para Macarena, su ex polola, la repercusión de ese disparó es dantesco. Jonathan perdió mucha sangre, masa encefálica, y quedó en estado de coma por 2 días, más casi dos meses de recuperación relativa en el hospital, pero ella perdió un año de estudios, puesto que estudiaba psicología antes del evento. Por su parte Veronica Bascur, madre de Jonathan, sufre las consecuencias de tener que cambiar su modo de vida, ya que ella tiene otra pareja, debió cambiarse de casa y sobrellevar los conflictos cotidianos por la presencia de su hijo mayor.

En este momento Jonathan no puede trabajar en cualquier ámbito laboral, por la razón de que fue operado tres veces de la cabeza, la ultima dejándolo sin parte de su cráneo del lado derecho, ya que tuvieron que quitarle parte del cerebro que dejó de funcionar por la inflamación que produjo el impacto de bala. Los primeros días fueron cruciales, los médicos daban como respuesta que Jonathan fallecería en 48 horas.

Jonathan perdió los 4 últimos días de conciencia antes del disparo, por mi parte estoy en estado de shock con tratamiento psicológico por ya 7 meses, perdí un año de universidad. Jonathan estuvo 55 días en el Hospital Carlos Van Buren, casi incapacitado para poder caminar y equilibrase por sí solo, también con una incapacidad en la mano izquierda sobre todo en los dedos ya que no puede ejercer ninguna motricidad fina. Los partes médicos del día a día eran que él quedaría con secuelas gravísimas e irreparables, gracias a Dios se encuentra mucho mejor de lo que todos esperábamos científicamente. Pero yo no puedo salir sola a la calle, tengo miedo, siento persecución, me dan crisis”, recordó la ex pareja de Araya.

El limbo del recuerdo

El Epicentro conversó con el joven baleado y fue posible verificar las secuelas mentales con las que quedó el joven de 27 años, ya que cuando le preguntábamos él respondía vagamente, como si no estuviera allí.

-Jonathan ¿tú sabes que te pasó? “No cacho mucho, solo lo que me han dicho”

-Y ¿qué te pasó? “Estábamos conversando, tomándonos una cerveza con la Maca y pasó palabreando el loco, y comenzó la pelea, pero no sé qué paso”

-¿Sentiste el disparo? “No”

-¿Recuerdas qué paso en el hospital? “No mucho, desperté y los vi a todos allí, no sé que me pasó”.Probablemente Jonathan Araya nunca más podrá entender la gravedad de lo que le sucedió. Por ahora está a la espera de la reconstrucción de su cráneo, sin embargo, no habrá una reconstrucción de su vida, ni del pedazo de cerebro que lo dejó con las secuelas que hoy día sufre.