COPA-PANCHO

Desde 1989, el Campeonato Internacional de Básquetbol sub 15 constituye una tradición deportiva de muy buen nivel y un orgullo para Valparaíso por cuanto es el único evento, en su categoría, que reúne a escolares de la región latinoamericana en torno a ese deporte.

Baloncesto chileno carece de un marketing adecuado, por tanto los logros se difunden muy poco o se ignoran, y las convocatorias deben recurrir principalmente a las redes sociales.

Se requiere un ministerio de Deporte. Actualmente todas las disciplinas amateur se agrupan bajo el alero de la Secretaría General de Gobierno, entidad de la cual depende el Instituto Nacional de Deporte, insuficiente para el desarrollo integral que necesita la juventud chilena.

Bajo el eslogan de “El más grande entre los chicos”, el XXIV  Campeonato Internacional Copa Pancho 2013 hizo vibrar la cancha de básquetbol del Fortín Prat, en Valparaíso, durante la semana del 20 al 26 de enero, durante la cual compitieron equipos de Chile, Perú,  Argentina y Venezuela. Entre los pitazos de los árbitros, el entusiasmo de los hinchas en las graderías y las incidencias del juego, el ambiente en el gimnasio porteño era ciertamente el de un gran festejo deportivo.

Ello constituye todo un logro porque no es fácil organizar eventos inter escolares, sea cual sea la rama o disciplina involucrada, en un país que no posee un ministerio de Deporte y que además provee de una tribuna gigantesca, desmesurada, al fútbol profesional, actividad que se lleva buena parte de los noticieros de televisión  y páginas centrales de los medios de prensa de mayor circulación.

En ese orden de cosas, los campeonatos infantiles y juveniles tienen un acceso muy limitado a la publicidad masiva tradicional, y así lo señaló  el coordinador general de la Copa Pancho, Mauricio Negrete, quien se refirió al escaso marketing del básquetbol y a la dificultad de difundir las convocatorias deportivas a nivel nacional.

“Por un tema de asignación de recursos, lo que se ocupa son las redes sociales, pero que este evento pudiera proyectarse a través de la televisión, por el momento es impensable. Hay un programa de gobierno, Chile Vive Sano, que podría aportar los medios para perfeccionar este campeonato y organizar otros a nivel escolar.  Ese es el punto, acá en Chile es muy poco el trabajo que se hace con el deporte.”-expresó Negrete.

En tal sentido, Manuel Urguelles, alumno del colegio Champagnat de Venezuela, declaró que en su país el básquetbol es un deporte “que se juega bien, con mucha pasión”.  De una estatura y complexión que acusan más años de los catorce que acaba de cumplir,  el espigado caraqueño señaló que ello se debe en gran parte a que  la rama de baloncesto recibe aportes del Estado.

Por su parte, Manuel Estrada y Matías Cortés, estudiantes de colegios santiaguinos, manifestaron su entusiasmo por la experiencia que se vive en esta competencia.

“Hace dos años que estamos participando, primero en la Copa Panchito, y ahora en la Pancho.”-expresaron. Ambos hicieron alusión a sus respectivos profesores de educación física como los promotores del interés que han desarrollado por este deporte. Estrada, de trece años, añadió que el pertenecer a un club también ayuda.

Una respetable trayectoria.-

 

                El deporte cestero fue introducido en 1920 en el primer puerto de Chile, por el profesor de origen checo, Benedicto Kocian, con tanto éxito que dos años después se fundó la Asociación de Básquetbol de Valparaíso, la que inició sus actividades antes que la propia Federación chilena, logrando reunir equipos excepcionales que la ubicaron entre las mejores de Sudamérica.

Ya a partir de 1924 la práctica del baloncesto como deporte reglamentado, se extendió a la capital y a otras zonas del país. Chile fue campeón sudamericano en 1937 y alcanzó el sexto lugar masculino en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, generando un creciente interés en la ciudadanía. En 1950 la selección nacional alcanzó la tercera posición en el primer mundial masculino disputado en Argentina, y el cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Helsinki, en 1952.

Un año después Chile organizó el primer torneo mundial de básquetbol femenino, en el cual las representantes nacionales lograron una excelente performance, siendo superadas por el equipo de Estados Unidos, que se coronó campeón.

En 1956, la selección femenina ganó el Campeonato Sudamericano de Básquetbol, ratificando la calidad que ese deporte había alcanzado en Chile, que a esas alturas ya era considerado una potencia mundial del baloncesto y como tal fue gestor y organizador de la Copa del Mundo, categoría varones, en 1959, en la cual logró ubicarse en el tercer lugar.

Las crónicas señalan que junto con el término de ese campeonato empezó la decadencia del básquetbol chileno, pero ninguna se refiere específicamente a las causas que originaron este retroceso. Las décadas de los 60 y 70 pasaron sin pena ni gloria en el concierto internacional, pero en los años ’80 se produjo un inesperado y sorprendente auge que puede atribuirse al ingreso de jugadores norteamericanos a los equipos nacionales y a la efervescencia que ello provocó en los estadios. De hecho, Valparaíso también revivió, y el reposado Fortín Prat, por lo general con muy poco público, comenzó a llenarse de hinchas fanáticos.

Quizás uno de los partidos más recordados de esa época sea la final de 1982 que se jugó en la cancha porteña, y en la cual Esperanza superó a Sportiva 97 – 84 a tablero vuelto y con un público que por minutos parecía que iba a echar abajo el fortín.

Deportes en Chile 2013.-

 

Testigo de los avatares del básquetbol chileno,  José Luis de la Maza estuvo presente en la XXIV versión de la Copa Pancho como técnico del equipo que representó al colegio Champagnat.  Profesor de Educación Física, entrenador nacional, de selecciones y de la competencia  Dimayor, ha ganado varios títulos nacionales y locales.

¿En qué pié se halla la asignatura en la V Región?

-“Hoy existe la posibilidad de tener hasta 4 horas de educación física, lo que permite abarcar diversas actividades deportivas y formativas. Desde mi punto de vista, hay dos factores que inciden en que esas horas sean bien aprovechadas: 1°, el colegio o escuela que debe darles el nivel de importancia que se merecen, porque en algunos establecimientos ese tiempo se usa para otras actividades y eso perjudica el cumplimiento de los programas propios de la asignatura, y 2°, los docentes de esta especialidad, que por lo general buscan la forma de llegar al deporte de su preferencia dejando de lado la etapa formativa que es fundamental en el desarrollo de hábitos en la educación física. El rol de un profesor es esencial ya que con su creatividad siempre logrará sus objetivos.”-

¿Cómo se está desarrollando el deporte escolar?

-“El desarrollo deportivo siempre será poco, dado a que no existen los canales necesarios que actúen como masificadores. Los juegos deportivos escolares son elitistas y por ende los equipos  en formación no tienen cabida. Lo mismo ocurre con las Olimpíadas de Viña del Mar donde por la cantidad de interesados los torneos son por simple eliminación lo que implica que algunos sólo alcanzan a jugar un partido al año…De ahí la importancia de que existan organismos que desarrollen torneos de más larga duración, como lo hace por ejemplo, la asociación deportiva de colegios particulares pero que sólo aglutina a establecimientos educacionales de ese segmento.”-

¿Cómo se podría mejorar este escenario?

-“Las Asociaciones deportivas de cada especialidad deberían organizar torneos escolares comenzando con categorías pequeñas. Afortunadamente en nuestra región existen campeonatos de básquetbol tanto en Valparaíso como en Viña del Mar, que se organizan a través de las asociaciones respectivas pero que están orientados sólo a sus clubes. Falta ampliarlos a nivel escolar.

Esta ausencia de torneos está motivando a un grupo de profesores que se juntan y organizan competencias todo el año.  Por lo menos en vóleibol y básquetbol eso ya comenzó y existe la Liga  “Amo el Voléibol” y la Liga Escolar de Básquetbol.”-

Con su vasta experiencia en el área deportiva nacional y local, ¿le parece que más allá de los problemas, el escolar promedio es más bien “flojito” para la gimnasia y los deportes?

-“Desgraciadamente es así, hoy el niño y el joven tienen muchos distractores como la computación y las tecnologías que tienen a su alcance. Si a esto le sumamos  la jornada escolar completa, más las tareas que deben realizar después, cada día cuesta más motivarlos para que se interesen en un deporte determinado, con el compromiso y el tiempo que ello demanda. A temprana edad aparecen los “carretes de fin de semana y eso también afecta el desarrollo deportivo.  Los que se comprometen por lo general son aquellos cuyos padres fueron buenos deportistas o entienden que el deporte es formativo a todo nivel y que constituye una coraza contra tantos agentes nocivos, como el alcohol, el cigarrillo y las trasnochadas.”-

¿De qué forma se podría involucrar  a los escolares de hoy para que Chile tuviera excelentes selecciones en el futuro?

                -“En la última década se ha visto un crecimiento en las divisiones menores y éstas han sido la preocupación de las asociaciones de Valparaíso y Viña del Mar. Por ejemplo, Viña obtuvo un campeonato nacional en categoría infantil (13-14 años),en 2008, después de 59 años de haber tenido un título nacional.  La Copa Pancho es un buen torneo que realiza la Asociación de Básquetbol de Valparaíso y significa el despertar de muchos niños que sueñan con llegar arriba.-“

¿Qué otro campeonato se podría mencionar?

                -“La Copa Renato Raggio que organiza la Sportiva Italiana en Valparaíso es otro torneo formativo y está orientado a juveniles;  faltaría que la Asociación de Viña realizara el campeonato para Cadetes (de 15 a 16 años), de esa forma estarían cubiertas las tres categorías formativas. Los minis deben seguir jugando y ese es el rol protagónico de los colegios y escuelas ya que es el primer enganche con el deporte y si hay participación permanente aparecerán los talentos…”

“El más grande entre los chicos”.-

 

Los antecedentes de la Copa Pancho para menores de 15 años se remonta a 1989, cuando el entonces presidente de la Asociación porteña, Leoncio Urra, y otros dirigentes, contactaron con Juan Silva, profesor radicado en Caracas, quien los instó a realizar un torneo internacional para niños, ya que los había muy pocos en ese tiempo. La idea cobró forma y nació la Copa Pancho, que cuenta con el respaldo de la Municipalidad porteña y con algún aporte eventual de alguna entidad, como es el caso de la Universidad Santa María en la versión 2013.

A manera de antesala para los que aún no tienen la edad suficiente y hacen guardia para entrar en el próximo campeonato, la Asociación paralelamente organiza la Copa Panchito, un torneo para niños con dos años menos que los infantiles, que también otorga premios y estímulos

a los ganadores.

Según señaló De la Maza, “el prestigio de la Copa Pancho es tan grande que son muchos los que postulan a ella, y en la actualidad poder participar es un privilegio;  el crecimiento de los niños que compiten en este campeonato se refleja posteriormente en un mejor desarrollo deportivo.  ¡Es una verdadera fiesta del baloncesto para infantiles!”-

Y nadie podría poner eso en duda. Los partidos de semifinales y el encuentro final fueron espectaculares, con los siguientes resultados: el primer lugar lo obtuvo el Colegio Champagnat, de Venezuela; el equipo Valparaíso quedó en la segunda posición, y el tercer puesto se lo adjudicó el Colegio Libaes, también venezolano. En la categoría sub 13, de la Copa Panchito,  Champagnat, Universidad de Cuyo y Regatas de Perú obtuvieron el primer, segundo y tercer lugar respectivamente.

Sigrid Boye