Nada mejor para hablar de emprendimientos y motivar a quienes están pensando en construir un proyecto, que mostrar evidencias de vida. Casualmente, estando al aire en Radio Valparaíso en un Twitter Café sabatino, conocí a un emprendedor porteño, que hoy inspira esta crónica.

Sin títuloSe trata de Don Renato Madariaga, dueño de Ecosol, Servicios Agroecológicos, lombricultor, un hombre de trabajo, jubilado de la Marina Mercante que en las tierras de Limache ha desarrollado con pasión su emprendimiento. Conversamos. “Si vamos a vivir hasta los 100 años, cuando las personas afrontan su segundo aire, deben hacer aquello que más les gusta y que los realiza como personas”.
Don Renato  a sus 72 años mantiene un dinamismo ejemplar. Se levanta temprano, conversa con sus amigos ya que oficia también de dirigente de jubilados y se da tiempo para trabajar en su pasión: la lombricultura aplicada a diversas funciones, criaderos de conejos, de aves, jardines, compost domiciliarios. Le comenté a Don Renato que yo veía para él posibilidades de establecerse en Atacama y él recogió el guante.
Tiene posibilidades de poner una base de trabajo en Vallenar  y conversamos de esa iniciativa. Fertilizar el desierto es un gran desafío y dentro de él, disponer de un servicio de recuperación de tierra fértil es una necesidad objetiva y, por ende, sus servicios en apoyo a cultivos con lombricultura, se perfila como una opción rentable, ya que él domina esta técnica. En Atacama hay un compromiso del Gobierno Regional, que es plantar un nuevo árbol por cada habitante de Atacama. Si un emprendedor como este amigo porteño hace una lectura de esta oportunidad, seguramente se animará a instalarse en Atacama a vivir esta aventura. Su actividad puede tener un gran impacto multiplicador si la desarrolla  dentro de los planes de arborización de CONAF y dentro de planes de desarrollo comunitario de los distintos municipios.
Los huertos familiares, los paneles solares y las plantas domésticas de desalado de agua de mar, más la lombricultura aplicada, sumarían de forma ideal para conformar un ciclo ecológico que puede crear nuevas áreas verdes, nuevos huertos familiares en todo el litoral de Atacama y así, en un sueño colectivo, llegar a conquistar el desierto como lo hicieron los kibutz israelíes cultivando cítricos en forma comunitaria, creando vergeles donde antes había solo arena.
Así actúa un emprendedor, explora, crea redes, aprende cada día, se anima cuando la mayoría se queda pensando, da un paso al frente y se tira a la piscina confiando en sus capacidades y su experiencia. En Atacama, para promover una actitud emprendedora, tenemos una red #AtacamaenAcción y #Atacamaconversa, sendos grupos en Facebook donde se puede conversar y encontrar gente que tiene un compromiso con su tierra. Por ello, traje el ejemplo de Don Renato, porque personas como él pueden entrar por la puerta grande a una tierra de oportunidades. Y en estas redes sociales podrán encontrar quizás las contrapartes para asentar un proyecto exitoso. La invitación queda cursada a todo el que quiera sintonizar con las necesidades de una Región llena de oportunidades.