• Egresados de planteles de la región dejan la zona para encontrar mejores ofertas de trabajo.

Por Marysol Bustamante.

Numerosos son los egresados de las universidades locales que deben abandonar la región para encontrar un trabajo acorde a sus expectativas creadas durante el período académico. Esta situación es transversal, ya que se repite en profesionales de todo tipo de carreras.

Uno de los tantos casos es el de un alumno de ingeniería en construcción, que prefirió dejar su nombre bajo reserva para proteger su estabilidad laboral. Egresó el año pasado del Duoc Uc, y comenzó a trabajar en Viña del Mar. “Entré a una consultora y me pagaban $400.000 pesos, pero eso era relativo”.

Al séptimo mes de empleo en la consultora, decidió irse, ya que según él “me aburrí de que me pagaran tan poco”. Así, empezó a buscar trabajo en otras regiones, y en apenas una semana ya estaba instalado en Calama, afirmando que “aquí pagan hasta cuatro veces más, lo que se ajusta a las cifras que ganan los profesionales de mi área”.

El ingeniero en construcción es sólo un ejemplo de los cientos de profesionales que emigran de la Quinta Región para buscar mejores ofertas laborales en cuanto a sueldo, expectativas, posibilidades de destacarse en sus profesiones correspondientes y por qué no, satisfacción personal.

Sin embargo, este fenómeno que a simple vista se ve como algo negativo y contradictorio, por la oferta en educación superior que existe en la zona, en especial en Valparaíso y Viña del Mar, tiene aspectos positivos que profesionales de la empleabilidad destacan.

Regiones formadoras de talento

Si bien hay regiones que concentran las oportunidades de trabajo, están aquellas que son formadoras de talentos. Estas regiones son justamente Valparaíso, Concepción y por supuesto, Santiago, las que presentan la mayor cantidad de oferta educacional.

Álvaro Vargas, subgerente del portal de empleos Trabajando.com, comenta que le llama la atención que la “fuga de talentos” sea vista como algo negativo, ya que explica que regiones como la nuestra y la Octava deberían posicionarse como formadoras. ”Se ve como negativo y yo creo que no, de hecho hay zonas que se especializan en esto, como el caso de Concepción. Es claro que no podrá captar el 100% de los profesionales  y técnicos que genera, pero  parte importante del PIB regional se basa en la actividad universitaria. Estas zonas atraen gente de todo el país y se va generando una actividad económica en torno a la formación de profesionales”.

Pero, el principal motivo para dejar estas ciudades son los bajos sueldos y las pocas posibilidades de surgir que tienen algunos profesionales. Es el caso del periodista Ramón Jara, linarense que pasó por las dos “capitales académicas”: Concepción, donde estudió derecho en la Universidad de Concepción, y Valparaíso, ciudad en la que se graduó de periodismo, relata que“hay que considerar que todos en Linares tenemos asumido que hay que estudiar afuera, por lo que es algo súper normal”.

Jara cuenta que en primera instancia, eligió irse a Concepción a estudiar leyes por el prestigio de la Universidad de Concepción, y luego Valparaíso para seguir la carrera de Periodismo. Sin embargo, una vez terminados su estudios se decidió a emigrar a Santiago, ya que para él “Santiago ofrece muchas más posibilidades para crecer profesionalmente en el Periodismo que Valpo o Viña”.

Pese a que suena trágico, para Vargas esto tiene una explicación económica simple: “En la medida que se genere movilidad, los mercados tienden  a estabilizarse. Por ejemplo, si soy ingeniero comercial  y en la V Región me pagan quinientos mil pesos y en Santiago ochocientos mil, entonces el tipo empresario de la Quinta Región se dará cuenta que no se está quedando con la gente, entonces tendrá que subir el sueldo, acomodarse. En la medida que hay movilidad, los mercados tenderán a homologarse, a generar simetría”.

Retener cerebros

Hay un factor que no es de menor importancia. Dejar la ciudad para emprender en otro sitio no siempre es fácil, y Vargas lo menciona como algo propio de los nacionales “El chileno tiene ese perfil de ser arraigado a su zona y eso genera problemas. Nosotros generamos una feria laboral en la Octava Región y el 90% de las empresas no eran del Biobío, y la gente se fue feliz. Las empresas locales tendrán que aumentarlos. Es una dinámica de mercado. Si los trabajadores empiezan a escasear, el precio relativo va a subir. Hay que promover la movilidad para que los mercados se ajusten y entonces el ingeniero que trabaja en Santiago gane lo mismo que el de la Quinta Región. Se tiene que tender a eso”.

Aunque ya podemos comprobar que la denominada “fuga de talentos” tiene aspectos positivos, no han faltado los esfuerzos para retener a estos profesionales en sus respectivas regiones con la excusa de mejorar el desarrollo regional, tal y como reza la columna publicada en el portal “La otra Voz”, el 12 de septiembre de este año, cuyo autor manifiesta que “no podemos seguir farreándonos a nuestros buenos profesionales, porque son ellos los que en el futuro crearán y darán empleos, que es justamente lo que más necesitamos en esta región, que cuenta  con la triste categoría de ser una de las más pobres de Chile”.

La fuga de talentos tiene ventajas para los jóvenes profesionales que desean trabajar con mejores condiciones laborales y satisfacer las expectativas de vida, por lo que poder mudarse de ciudad aparece como un salvavidas para muchos que no logran encontrar un empleo en su ciudad. Vargas remata y dice “los profesionales entonces estos tienen una oportunidad de buscar oportunidades en otro lugar”.