• La continuidad del seleccionador nacional al mando del “equipo de todos” pende de un hilo. Con respaldo dividido desdela ANFP, un número creciente de hinchas en su contra y la pérdida de credibilidad del medio, hacen de la estadía del “Bichi” en Juan Pinto Durán, un proceso cada vez más cerca de tener fecha de expiración

 Por Eduardo Poblete.

El tortuoso accionar de la selección chilena adulta de fútbol en las actuales clasificatorias sudamericanas para el Mundial de Brasil2014, ha estado marcado no sólo por los resultados irregulares, la pérdida de una identidad futbolística -ganada a punta de esfuerzo, sacrificio y profesionalismo (en el proceso anterior, obviamente)-, la indisciplina dentro y fuera de la cancha, y el fuego cruzado desde dentro y fuera del combinado nacional. Para una mayoría cada vez más creciente de hinchas –desde la perspectiva de su apasionamiento, por supuesto-, la clasificación de Chile a la cita brasileña sería casi un milagro, a la luz de la seguidilla de derrotas (Colombia, Ecuador y Argentina), el poco trabajo que se aprecia en el combinado nacional y rendimientos y actitud de jugadores que claramente están más interesados en responderle a sus clubes que al clamor de todo un país.

Los hinchas, el medio y hasta parte del directorio dela ANFP(Jorge Segovia, segundo vicepresidente; Nibaldo Jaque, secretario y Alex Kiblisky, tesorero del órgano rector del balompié chileno), apuntan que buena parte de esta suma de factores, tienen como único responsable a Claudio Daniel Borghi, el adiestrador del equipo de todos. Hasta ahora, Sergio Jadue, timonel dela ANFP, el primer vicepresidente Cristián Varela y el director Jaime Baeza, respaldarían la gestión del “Bichi”; no obstante su apoyo no deja conformes a hinchas, el medio e incluso al entorno dela Roja.

SOBERBIA

Para salir del paso, Borghi convocó a una masiva conferencia de prensa en Juan Pinto Durán, para exponer desde su punto de vista, la marcha dela Roja.Desdeun comienzo, el seleccionador mostró su cara menos amable, justificando de manera infantil el porqué habló primero con el canal T y C de Argentina y no con los medios chilenos. Luego, calificó de “perros chihuahuas” a quienes quieren supuestamente desbancarlo y hasta se dio el lujo de censurar públicamente al periodista de TVN, Gustavo Huerta, por haber, según Borghi, “traicionado su confianza y amistad”.

LIVIANDAD

En el mismo contacto con la prensa chilena y en otras declaraciones vertidas a diversos medios tanto nacionales como extranjeros, Borghi ha minimizado los errores de sus dirigidos, como también su propia preparación y lectura de los partidos, señalando que la clasificatoria está a la vuelta de la esquina –“Si estuviésemos a 25 puntos del puntero, me preocuparía”, dijo- y apostando a las próximas localías ante Uruguay, Bolivia, Venezuela y Ecuador. Otro si: el último episodio protagonizado por Gary Medel, fue minimizado por el entrenador nacional, responsabilizando a la prensa de farándula, sin optar por una postura más acorde a la disciplina y profesionalismo que debiera reinar en el seleccionado.

CERO TRABAJO TÁCTICO

Las últimas tres derrotas denotaron la ausencia de un trabajo táctico evidente en el seleccionado nacional: La manera de achicar la cancha, marcar a los delanteros rivales, el anticipo, las coberturas, el trabajo defensivo aéreo y a ras de piso y la sorpresa en ataque. Por más que Borghi diga que estudia a los rivales, el desconocimiento de las diagonales de Messi, la potencia física de los delanteros ecuatorianos y los movimientos ofensivos del colombiano Radamel Falcao, dejaron en evidencia que tanto Borghi como sus dirigidos, no son meticulosos a la hora de analizar a los rivales.

SIN AUTOCRITICA

Cuando Borghi fue consultado por su forma de trabajar al mando de la selección, lejos de señalar si acaso cambiaría algunas pautas, refrendó su “metodología”. “No voy a cambiar mi forma de trabajo. No veo por qué deba hacerlo” fue su respuesta. Si para Borghi trabajar a su manera es lo adecuado, con tres derrotas a cuestas, dos de ellas con la selección jugando pésimo, mejor hay que olvidarse de ver a Chile en el cuadro final de Brasil 2014.

PERSEGUIDO

En el contacto con la prensa nacional, Borghi habló de tres personas que lo quieren bajar del cargo de seleccionador nacional, en alusión a los periodistas Felipe Bianchi (Chilevisión, el canal que tiene los derechos de transmisión de los partidos dela Roja), Juan Cristóbal Guarello (Canal 13) y Rodrigo Sepúlveda (Mega). Además, divide a los medios en “amigos” y “enemigos”. Los primeros son aquellos que no cuestionan su labor y los segundos, obviamente, que critican su trabajo enla Roja, pero con argumentos que hasta ahora el seleccionador se niega a rebatir, señalando el típico cliché: “Gane o pierda, igual me critican”. En rigor, la prensa no saca ni pone técnicos; son estos últimos, solos, quienes por su trabajo o falta de capacidad, los que permanecen o no en sus cargos.

EL AMIGUISMO

En el último tiempo, la selección chilena se ha convertido en una suerte de casa de beneficencia: El ayudante técnico de Borghi, Jaime Vera, cuajó una horrible campaña enla Universidadde Concepción antes de recalar en Juan Pinto Durán. Alejandro Hisis, quien marchó último con Puerto Montt en la 1ª B, fue acogido en el bunker dela Roja, como parte de cuerpo técnico de la selección. Para peor, en las nóminas para enfrentar a Ecuador y Argentina, había jugadores de Colo Colo con escasos méritos para estar enla Roja: El portero Francisco Prieto, el rústico defensa Álvaro Ormeño y el delantero Felipe Flores, muy dado a hablar en la prensa, pero a producir poco en cancha. Todos con denominadores comunes: Su representante, Fernando Felicevich, manejador de un altísimo número de seleccionados. El otro es Iván Zamorano, que de capitán dela Rojade los ’90, hoy se abre paso como empresario de futbolistas, que necesariamente deben ser llamados por Borghi.

 

 

PÉRDIDA DE CARISMA

De ser un gordito simpático, transformado en un chileno más, seco para el garabato más usado en nuestro país (“huevón” para arriba y para abajo, ha sido el sello del seleccionador nacional), Borghi es hoy un personaje soberbio, que abjura de su condición de ex jugador talentoso –pero muy lejos de la grandeza de Maradona en la cancha- para descalificar a la prensa y a quienes le critican, peyorativo con las mujeres (a la notera de incidente con Gary Medel la trató de “chiquita” y cómo no recordar el mito de “la mina sentada”, entre otras perlas) y peleador con técnicos de prestigio como Manuel Pellegrini o Jorge Sampaoli. No hay red social hoy en día en que más del 80% de las opiniones de los usuarios, manifiesta su odiosidad para con el aún adiestrador dela Roja.Claroque al tenor de las declaraciones del propio Borghi, y obviamente, el mal juego y los resultados dela Roja, difícilmente los hinchas devuelvan este cariño perdido.