Porfiado como soy, debo insistir en el gran peligro que encierrqa al perfilamiento de Valparaíso como Ciudad del Carrete.

Estoy absolutamente convencido de que alertar sobre este deterioro es «politicamente incorrecto». Hoy en día a muchos les cuesta decir lo que piensan por temor a que los funen.

Como, afortunadamente no soy candidato a nada, quiero elevar mi más contundente protesta contra el sistemático atentado que sufre mi puerto de parte de quienes convocan a que se venga a tomar en la calle, amén de borrarse, orinar por todos lados, dejar un reguero de basura y volverse a Santiago tan campantes.

Bajo el perfil de un carnaval de tambores hemos sufrido un nuevo ataque alevoso de vándalos que se han ensañado sin compasión alguna para con mi puerto

Lo lamentable es que, antes que estos desórdenes ocurran, todos saben lo que va a pasar, todos están conscientes de que es imposible contener a la masa. Todos recuerdan las tomateras desatadas en playas como Ritoque o Cartagena. Todos lo saben, pero todos se hacen los tontos,…porque hay que ser simpático ¿no ves que hay que ser tolerante?

Inisisto en que este tipo de actividades que de «culturales» no tienen nada, se prohiban de una vez. ¿Por qué no hacerlas en otra comuna? ¿Por que tienen que ser precisamente en Valparaíso?

Los comerciantes están desesperados. Reclaman y sienten que nadie los escucha. Han invertido su dinero en Valparaìso; han puesto su esfuerzo en Valparaìso; confían y creen en Valparaíso, todo para que una manga de parásitos atontados por el alcohol y la droga destruyan su trabajo. Algunos se preocupan mucho del comercio porteño culpando al mall Barón, pero no los veo defendiendo al comercio frente al vandalismo.

¿Quién le pone el cascabel al gato? Alguien debe ,mostrar que quiere a Valparaíso. Esta ciudad no es Woodstock.  No podemos estar secuestrados por los vándalos, protegiendo actividades masivas donde no son turistas precisamente los que asisiten. Ni Viena, ni Quito, ni Lisboa permiten destrozos. En el Cuzco un poar te giles se mamó seis meses de cana por rayar los muros…

¿Y nosotros, en Valparaíso, no nos merecemos, al menos el mismo respeto que en el Cuzco?

Nos estamos viendo.