¿Votará Ud. por la cumbia de campaña de tal o cual candidato? ¿Votará porque posó al lado de otro político? Cuando deba votar el próximo 28 de octubre haga una lista de chequeo para ver qué candidato a Alcalde pasa mejor la prueba de la blancura. Tratemos de elevar la calidad del debate. Las noticias de la campaña hablan de barras bravas y delincuentes destruyendo la propaganda de los adversarios, hablan de violencia instalada en las comunas.

Pero ¿qué le preocupa a Ud. de un candidato? ¿Vota Ud. en función de promesas o lindas palabras sensibleras? Revise el historial de cada candidato y al emitir su preferencia hágalo mirando el interés de su ciudad, la honestidad y trayectoria del candidato. Hay muchos nuevos ciudadanos, en su mayoría jóvenes que podrían votar desinformados, pero los que ya llevan años eligiendo, esos saben bien quién es quién en la política local, quienes han metido la mano en la lata y quienes se han ido a su casa honestamente, sin engrosar su patrimonio con la gestión pública.

Para la ética en política no bastan las lágrimas de cocodrilo. La ética es el parámetro de integridad que la ciudadanía exige a sus representantes populares, con altura de miras, aplicando la premisa bíblica “por sus obras los conoceréis”. Y por favor, si descree de la política, lo peor que puede hacer es abstenerse. Levántese temprano y vote. Esa es responsabilidad cívica que podrá mejorar la política. Los países tienen los gobernantes que se merecen. El abstencionismo es antidemocrático. Vote exigiendo ética y hágalo conscientemente.