El  fin de semana pasado fuimos testigos de cómo los elencos de la quinta región, Santiago Wanderers y Everton, lograron volver a los triunfos. Ambos elencos tienen dentro de su staff psicólogos deportivos para trabajar al plantel.

Por Paulina Pacheco.

Santiago Wanderers, como es sabido por todos, venía de una racha de 15 partidos sin conocer la victoria en torneos oficiales. Derrotas en el Apertura, Clausura y Copa Chile hacían presagiar que este 2012, nuevamente, tendrían que sufrir hasta el final.

La sorpresiva renuncia del técnico Arturo Salah y la llegada de Ivo Basay, parecían la salida más sencilla, pero el arribo del “Hueso” no estuvo exento de complicaciones. Primero se habló de un DT que conociera a los caturros, luego de que conociera el medio nacional, se buscaba un técnico con carácter capaz de manejar el camarín y, finalmente, alguien que quisiera asumir el fierro caliente que significaba el Decano del Fútbol Chileno. Todas esas consideraciones las reunía el estratego albo.

Tras el primer partido ante Unión San Felipe parecía que todo seguiría igual que siempre. Fue innegable destacar el compromiso y la actitud que tuvieron los dirigidos por Basay en ese compromiso que, en definitiva, sirvió como trampolín para preparar el partido de mitad de semana ante Unión La Calera por Copa Chile y el del fin de semana recién pasado ante Universidad de Concepción, donde los caturros obtuvieron una victoria clara y contundente.

Mucho se habló durante unas semanas que este equipo estaba enfermo, que estaba en la UCI y que su estado era crítico. Con el cambio de técnico, hubo una mejora en lo psicológico y en lo anímico. Se notó un cambio de actitud. El propio Ivo Basay ha dado muestras del compromiso de sus dirigidos y tras cada partido agradece la entrega.

“Siempre cuando hay un cambio se producen este tipo de situaciones. Yo no quiero ser irrespetuoso con la gente que estuvo antes… Hay muchas cosas que es trabajo de ellos. Es un partido, estamos en una situación súper difícil. Que bueno que se logró, que bueno que los jugadores entendieron a tiempo que todavía queda tiempo para pelear y tratar de salir de la incómoda posición”, señaló Basay.

En el caso de Everton, antes de la partida de Marco Antonio Figueroa, los ruleteros venían haciendo una campaña irregular. Las victorias se alternaban con las derrotas y los empates. Imposible no recordar las dos definiciones fallidas que tuvieron los dirigidos por el ‘Fantasma’. Algo que el actual DT, Víctor Hugo Castañeda, calificó como traumático.

“Desde que llegué propuse trabajar con un psicólogo deportivo, porque la experiencia traumática que vivió Everton el año pasado, a cualquier equipo lo afecta”, analizó Castañeda.

Con la llegada de Víctor Hugo Castañeda, quien apareció para reemplazar al actual DT de Unión San Felipe, la tónica se instaló: victorias, empates y derrotas. Pese a que en los dos primeros partidos sumaron seis puntos, los fantasmas volvieron a aparecer en los ‘Oro y Cielo’ y se instalaron definitivamente.

Tras casi cuatro meses de la llegada de Castañeda recién los directivos de Everton hicieron caso del llamado que hizo el director técnico a su llegada y hace una semana comenzaron las terapias grupales para reforzar el trabajo en lo psicológico. A ver, si de una vez por todas, dejan atrás los malos momentos y logran encausarse en la lucha por el gran objetivo: volver a Primera División.

Después de la derrota ante Barnechea, uno de los serios candidatos al ascenso, Castañeda aseguró que veía bien a sus dirigidos. “Creo que después del primer día de volver de la derrota, que fue un verdadero funeral, logramos conseguir un impulso anímico que tenemos que ratificar en el partido”, aseguró.

Los jugadores han sido enfáticos en señalar que la ayuda externa es un punto extra a la hora de saltar al campo de juego y así lo dejaron demostrado ante San Luis, partido dramático donde los ruleteros lograron sacudirse y revertir un resultado adverso, autogol de por medio, que había puesto en ventaja a los quillotanos 2-0 sobre Everton.

¿Sirve la ayuda psicológica?

En Santiago Wanderers cuentan con un psicólogo deportivo a tiempo completo que se dedica al Club. En una charla que ofreció en la Universidad Andrés Bello hace unos meses atrás, señaló que el gran tema que deben trabajar es la generación de expectativas, pues mientras más altas son éstas, al momento de no conseguir el objetivo, el conocimiento del jugador y la reacción que éste puede tener a algún estímulo (positivo o negativo) es indispensable.

Y cómo no. Los futbolistas y, en general, los deportistas deben manejar la ansiedad previa a una competencia, la frustración, la presión externa y saber administrar el éxito también. Cuando una de estas aristas no se trabaja de manera adecuada, el resultado siempre será el mismo: miedo al éxito.

No cabe duda que todas las personas reaccionan de distinta manera a la presión externa. Los más experimentados podrán sortear este tipo de estímulos, mientras que los más jóvenes ante una misma situación se pueden ver agobiados. De esto bien sabe el técnico Víctor Hugo Castañeda ya que muchas veces señaló que los gritos de la hinchada de Everton sacaban del partido a algunos jugadores. Para otros puede constituir un nuevo estímulo para aumentar la motivación, auto-confianza y que, incluso, puede rendir mejor de lo esperado.

En la vereda de enfrente Pablo Calandria, delantero de los caturros resistido por la hinchada, tras el cambio de técnico retomó la confianza y respondió a las expectativas que estaban puestas sobre él. Lo trajeron para hacer goles y convirtió ante Unión La Calera y Universidad de Concepción.

La generación de las expectativas es un tema no menor. Esperar algo mejor puede generar como contrapartida el miedo al fracaso, miedo a defraudar a quien entregó la confianza; lo que incluso puede desencadenar en altísimos niveles de estrés al no manejar la situación.

¿Cómo se sale del mal momento?

Es imposible controlar los estímulos externos, por lo que todo el trabajo debe estar centrado en los propios deportistas de manera que no se dejen llevar por estas situaciones. Importante es conocer cuáles son las fortalezas y debilidades, de manera de atacar cuáles son las cosas que se pueden realizar y cuáles, definitivamente, no se pueden hacer.

Otro aspecto a considerar es la planificación que se hace de la competencia, centrándola principalmente en lo que compete a los propios jugadores. La generación de las expectativas se debe basar en la realidad, cosa de prever situaciones que puedan afectar en el desarrollo del juego.

Es imperioso que la autoestima y la confianza no se resientan porque permitirán atacar los pensamientos negativos si es que aparecen y, definitivamente, tener las herramientas que permitan manejar la situación para salir del mal momento.