El desempeño de los deportistas chilenos en los recientes Juegos Olímpicos no estuvo a la altura de la parafernálica propaganda irradiada desdeLa Moneda, que pregonó los hitos en cuanto a inversión y número de especialistas que participaron en la mega fiesta de los cinco anillos. Más allá de las marcas y actuaciones, Sebastián Piñera y el subsecretario de deportes Gabriel Ruiz-Tagle, no tuvieron los réditos deseados pese la majadera insistencia de rotular como “históricos” tanto los aportes como la cantidad de dinero invertido en el Plan Olímpico patrocinado por el actual gobierno
Eduardo Poblete Araya

Ni una sola medalla. El nombre de Chile se mezcló con el de países tan pintorescos como Islas Mauricio, Guam o Costa de Marfil, que no pasarán a la historia precisamente, tras su secundaria presencia en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Lo anterior, fue un claro contrasentido del deseo hecho público a través de una videoconferencia, del presidente Sebastián Piñera, quien aprovechando las ventajas de la tecnología vigente, desde Santiago les solicitó a los deportistas chilenos ya afincados enla VillaOlímpicalondinense que “ojalá nos traigan muchas medallas”; frase que antes fue acompañada de una serie de eslóganes tales como “la histórica delegación –por lo numerosa (36 deportistas)- que ha viajado a alguna competencia olímpica”, o el de “la histórica inversión hecha por el gobierno para la preparación de nuestros deportistas” (US$ 45 millones).

Pero más allá de esta nueva maquinaria propagandística de los supuestos logros del actual gobierno, para variar hay que precisar un sinnúmero de aspectos que derivaron en esta opaca presentación del deporte chileno en Londres, al margen de algunas actuaciones individuales relevantes como la del gimnasta Tomás González, la lanzadora de la bala Natalia Duco o el decatleta Gonzalo Barroilhet.

NO TODO ES PLATA

El actual subsecretario de deportes, el empresario y ex accionista mayoritario de Blanco y Negro (la concesionaria que administra a Colo Colo), Gabriel Ruiz-Tagle, no sólo hizo noticia por su viaje a Londres para acompañar a los deportistas chilenos. También se vio envuelto en una absurda polémica con la lanzadora de la bala Natalia Duco, de quien dijo que “el Estado no está dispuesto a financiarle vacaciones”, justo cuando la sanfelipeña había solicitado más ayuda para aumentar su preparación en la isla, por un periodo de 30 días, a objeto de llegar en reales condiciones de luchar por una presea en la cita londinense.

No obstante, Ruiz-Tagle aseguró que sus declaraciones fueron tergiversadas, que le sacaron de contexto y que “no dijo lo que dicen que dije”, y que por el contrario, fue el primero en llamar a la sanfelipeña para felicitarla por su buen desempeño en la bala, que la dejó entre las 10 mejores del mundo.

No fue lo único. A la hora de los balances, Ruiz-Tagle se mostró “conforme” por lo que realizó la delegación chilena en Londres, insistiendo en la importancia del aporte extra que significó la implementación del “Plan Olímpico”, iniciativa creada el 2010 por el actual gobierno, nacido de una alianza estratégica entre el Instituto Nacional del Deporte (Chiledeportes), el Comité Olímpico de Chile (COCH) y el programa ADO (Alto Rendimiento Olímpico), con el fin de entregar aportes económicos a los deportistas de alto rendimiento.

Pero, profundizando aún más en el balance, indica que “no necesariamente invertir o aportar más dinero estatal en deportistas de alto rendimiento, garantizará medallas”. ¿En qué quedamos? Si se aportó más plata para Londres 2012, la idea era al menos, conseguir un par de preseas; no hubo ninguna y afloraron más quejas que agradecimientos por parte de los deportistas nacionales presentes en suelo británico.

Por otra parte, el subsecretario señala que “es indispensable perseverar en los apoyos a los programas de los deportistas”, sin ahondar en cómo se financiará este apoyo, ni menos en la implementación de políticas deportivas serias y consistentes, que hagan de nuestro país, en el mediano o largo plazo, una nación digna en materia deportiva. Es sabido que no es fácil –es imposible más bien- igualar la capacidad de potencias como Estados Unidos, China, Rusia, o la propia Gran Bretaña, pero muy cerca de Chile, hay naciones que sin ostentación ni parafernalia, han trepado silenciosamente en el deporte de la alta competencia: Cuba –a pesar de sus evidentes carencias económicas y cuestionamientos políticos- y Colombia, que a partir de su organización de los últimos Juegos Edesur, cosechó en Londres una respetable cantidad de medallas -1 de oro, 3 de plata y 4 bronces-, teniendo una economía mucho menos estable que la chilena y una seguridad interna más que cuestionable.

Ni hablar de la infraestructura. Como anfitrión de los próximos Juegos Edesur el 2014, el actual gobierno debiera fomentar dos cosas de suyo vitales para no ser mera comparsa en dicha exigencia: Trabajar no solo con el actual contingente de deportistas que viajó a Londres, sino también, preparar un grupo de base, que en el mediano plazo, alcance un nivel de competencia lo suficientemente digno para pararse de igual a igual con los atletas brasileños, argentinos y colombianos (ganadores en el 2010, cuando fueron anfitriones).

Y lo segundo, la infraestructura. Por ahora, sólo se habla de la remodelación de la piscina del estadio Nacional y el emplazamiento de un Parque Deportivo en la laguna Careen, y la elección de Antofagasta,La Serena, Valparaíso, Concepción y Temuco como sedes que albergarán diversas disciplinas deportivas. Pero nada en concreto ni tampoco un plan oficial de obras especialmente destinadas a este evento, salvo la remodelación de los estadios “Bicentenario”, escenarios que mayoritariamente servirán al fútbol y no necesariamente al resto de los deportes. Un velódromo por ejemplo, se hace sumamente necesario, pero por ahora, desde Chile deportes sólo existe “la buena intención” de emplazar uno en Curicó.

“El desempeño de los deportistas chilenos en Londres puede ser un buen parámetro para lo que realmente nos interesa, que son los Edesur del2014”, indicó en su momento Ruiz-Tagle, en otra contradicción evidente, si uno examina con qué énfasis, reiteró en cada entrevista previa al viaje a Londres, de la inversión y apuesta del gobierno, en estos recientes Juegos Olímpicos.

EL FENÓMENO TOMÁS

Mucho se ha hablado, comentado y escrito de la notable actuación del gimnasta Tomás González, con sus dos cuartos lugares en Londres. Por cierto, nadie puede negar su capacidad de pararse de igual a igual con monstruos de la especialidad, sin el apoyo ni los millones ni infraestructura con la que cuenta por ejemplo, el coreano AK Seno Yang (campeón mundial de la especialidad), o la “maquinaria rusa de gimnasia”, que ha continuado en las repúblicas que se emanciparon de la ex Unión Soviética.

Sin embargo, lo de Tomás González es un fenómeno sumamente aislado: Un joven que desde los cuatro años ya destacaba por sus piruetas en el patio de su casa; que gracias a la iniciativa de un club privado (Universidad Católica y su programa “Campeones para Chile”) y el buen trabajo de dos técnicos extranjeros (primero el ruso Evgeny Velo, lamentablemente ya fallecido, y ahora el cubano Joel Gutiérrez), pudo codearse con la excelencia de su disciplina; vivió el escarnio de su propia federación, que en su momento le negó toda ayuda, y que (parafernalia y glamour incluido), cayó en gracia ante los ojos de un multimillonario empresario como Leonardo Farkas que le proveyó de infraestructura. Pero González no es el fruto ni del actual gobierno o de los que le antecedieron. Es EL caso de talento natural, que a costa de golpear puertas, perseverar y ser disciplinado y constante, llegó al TOP de Toms. Seamos justos: El actual Plan Olímpico le aportó $ 237 millones. Pero claramente, si esa cifra se desglosa en viajes, traslados, alimentación y un largo etcétera, claramente es una cifra pobre, que sólo le permite a UN deportista, prepararse de manera medianamente decente. Rusia, Estados Unidos, Japón y China –por citar a cuatro potencias- no se esmeran en un solo deportista; son varios los que trabajan a la par, para precisamente convertir a sus representativos, en cuadros respetables y temibles, y prolongar en el tiempo, una tradición de buenos gimnastas, algo que en Chile está lejos de ocurrir, al menos en el mediano plazo.

“En Chile sólo el impulso familiar permite apariciones como las de Tomás González. Sólo cuando estos deportistas logran algo importante, recién ahí el Estado y la empresa privada, aporta con recursos. Claramente tenemos una falencia ahí“ señala Antonio Espejo, jefe técnico de las ramas de gimnasia artística femenina y masculina del club Manquehue, para ilustrar el caso del destacado gimnasta.

“El Estado debe invertir en los deportistas de proyección, para que puedan aspirar a llegar a un nivel de elite. De hecho, tenemos deportistas a los cuales estamos proyectando para los Edesur del 2014, pero nos falta apoyo y programas de políticas deportivas”, añade el especialista del club Manquehue, para dejar en evidencia que desde Chile deportes, no hay un conocimiento cabal de lo que debe hacerse con un deporte que al menos hizo que nuestro país se codeara con las potencias mundiales en Londres.

LA VERGÜENZA DE CATHERINE

Una muestra clara de lo mucho que hay por hacer por el deporte nacional y sus especialistas, fue el dramático discurso de la esgrimista Catherine Bravo. Eliminada en Londres, entre las muchas explicaciones que dio para reconocer su mal desempeño, reveló que para asistir a la cita olímpica, debió “pagarle a otra persona” para que hiciera su trabajo de instructora de esgrima, en las dependencias dela FuerzaAérea.Bravo, deportista, madre e instructora a la vez, depende de un salario mensual para sobrevivir. No impone ni en AFP ni en caja de previsión; es decir, si jubila ahora, no tiene un peso para vivir; ella y su familia. Y como en Londres le fue mal, lo más seguro es que no sea considerada para los Edesur del 2014. Sería el pago amargo para una chilena que, a punta de puro ñeque y esfuerzo personal, también se hizo notar en un deporte que en Chile no tiene difusión permanente en los medios, ya en Sydney 2000, y que alcanzó el puesto 50º del ranking mundial.

Por ello, y aunque el tema del deporte sea abordado en los últimos años, más con criterio político-electoral, que de convicciones sociales para hacer de Chile un país menos sedentario y cercano a grandes hitos deportivos, se hace urgente que se dejen de lado las declaraciones grandilocuentes y las cifras exageradas, para trabajar con los pies sobre la tierra, y de manera seria en procurar el máximo de ayuda a nuestros deportistas, y generar políticas deportivas que entusiasmen a las familias y a sus hijos.

Aumentar las horas de educación física en todos los colegios (no sólo en los particulares pagados), podría ser un ejemplo muy básico y simple que podría ser el inicio de un cambio serio para el país, en lo relacionado al deporte. En una de esas, no se necesitan tantos millones de dólares para el descubrimiento de nuevos talentos.